Perfiles e Historias / El chef que alimenta al mundo

AutorMaría Luisa Medellín

"Mesas más largas y muros más bajos" suele repetir el chef José Andrés, quien ha motivado a poner en práctica esta frase alrededor del mundo.

Mucho más en las catástrofes, de ahí que pusiera manos a la obra para fundar World Central Kitchen, una ONG que desde el 2010 ha llevado millones de alimentos a damnificados de huracanes, terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, lo mismo en Haití y Puerto Rico que en Siria, Turquía, Isla Tonga y Las Bahamas.

También, a las familias más afectadas por la pandemia del Covid-19 en España y a los refugiados que huyen de la guerra en Ucrania.

"Yo veía que, en las emergencias, la respuesta de alimentos y agua era normalmente bastante lenta y, si sucedía, era porque había gente, muchas veces cocineros, restaurantes, personas en sus casas, poniendo una barbacoa y haciendo hot dogs; dando de comer a quien lo necesitara", comparte con su acento español José Ramón Andrés Puerta.

"Acudí a Haití después del terremoto del 2010 con ganas de aprender", menciona el también restaurantero nacionalizado estadounidense.

"Y dije: 'Si conseguimos convertir esas ganas que hay de ayudar en un gran equipo donde seamos capaces de movilizar no sólo a los restaurantes y a los cocineros, sino a los agricultores y a quien quiera colaborar repartiendo, podemos cubrir las necesidades en los momentos más difíciles: esos días, esas semanas, que son el comienzo de la emergencia".

Con su característico buen humor, José Andrés, de 53 años, alto, robusto, de ojos claros y barba blanca, platica que en los inicios de World Central Kitchen sólo eran él y dos amigos locos con financiamiento de sus restaurantes y de amistades.

"Pero la organización ya es de todos porque hacemos lo que hacemos gracias a cientos de miles de personas en América y el mundo, incluso en México, que la apoyan monetariamente y de otras formas".

En ocasiones, son la primera organización no gubernamental en llegar al sitio.

Estuvieron en el Pacífico cuando la isla de Tonga sufrió un maremoto. También, cuando un huracán afectó la remota isla de Providencia en el archipiélago de San Andrés, en Colombia.

José Andrés relata que tras el azote de Dorian a Las Bahamas era imposible recibir ayuda inmediata desde Florida porque el huracán seguía moviéndose hacia la costa americana, pero la recibieron del resto de las islas que se encontraban a salvo.

"Sin darnos cuenta, con seis helicópteros llevábamos 80 mil comidas diarias a 14 islas en cuestión de horas", detalla José Andrés, chasqueando los dedos.

"Al final, nosotros no solamente cocinamos, eso ya lo llevamos en el ADN, también creamos sistemas de distribución, y en el...

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