Perfiles e Historias / Arquitecto sin límites

AutorMaría Luisa Medellín

El proceso de diseñar un edificio es similar al de crear poesía. Son medios distintos, pero nacen de una idea que se va puliendo, transformando, con ciertos criterios estéticos de balance y ritmo.

Lo dice Bernardo Hinojosa, quien sostiene que la arquitectura es la poesía de la construcción.

Para este arquitecto con poco más de cuatro décadas de trayectoria, una residencia, un edificio o un club deportivo, tiene que ser utilitario, pero resuelto con un lenguaje poético que trascienda lo funcional.

"No sé si se puede llamar arte o no, pero yo creo que sí, que hay una relación muy cercana entre el arte y la arquitectura".

Ésa es la vocación que lo ha acompañado desde niño, aunque no sabe exactamente por qué.

"Siempre supe que iba a ser arquitecto, ni sabía muy bien qué significaba, pero si me preguntaban qué iba a ser, no dudaba en decirlo".

Sería, quizá, porque su papá, Ernesto Hinojosa, tuvo la ilusión de ejercer la arquitectura y no le fue posible concretarla. Él se dedicó a los bienes raíces junto con su esposa, Evangelina Rodríguez, y también tuvo una fábrica de radios.

Bernardo, el quinto de seis hermanos, cuenta que sus padres y amigos le auguraban futuro como ingeniero químico porque devoraba los libros y le fascinaba la ciencia.

"Creo que una de las cosas que me gusta de la arquitectura es que es de las pocas carreras que une el aspecto artístico y el científico; que necesita uno saber, tanto de la cuestión estética, como técnica.

"A mí desde chico también me gustaba dibujar, pintar, las artes... Tengo una gran capacidad de gozo estético. Puedo pasarme todo un día en un museo viendo cuadro por cuadro y disfrutándolo", comparte Bernardo y se sienta en una silla cercana a un muro de su biblioteca, que reúne unos 5 mil volúmenes.

De barba blanca y ojos verdes que se entrecierran al sonreír, cumplirá 66 años el 28 de julio.

Platica que estudió la carrera de Arquitectura en el Tec de Monterrey y, luego, una maestría en planificación arquitectónica en la Universidad de California, en Berkeley.

En 1976 fundó el despacho Buró de Planificación y Arquitectura, más conocido como Arquiplan. Él es el director general y sus socios son Juan Carlos Colorado y Aurora Delgado.

"Tratamos de mantener un estándar de excelencia, y aunque se nos conoce más por el diseño de espacios universitarios y centros de investigación (en la UDEM, la U-ERRE, la Facultad Libre de Derecho, la UANL y la UNAM Monterrey), hemos hecho centros comerciales, clubes deportivos...

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