Perfiles e Historias / Apasionado arquitectura
| Autor | María Luisa Medellín |
La arquitectura no es construir casas, sino diseñar ambientes para que la gente sea feliz. Ésa ha sido siempre mi idea", lanza sonriente el arquitecto Adán Lozano.
Y antes de crear cualquier espacio le gusta sostener largas charlas con sus amigos, como llama a quienes solicitan sus servicios, porque al paso del tiempo surge, invariablemente, una gran amistad.
En esas pláticas profundiza en su estilo de vida y necesidades en cuanto a distribución de las áreas, de lo que nace un proyecto en el que equilibra lo funcional y lo estético, aprovecha al máximo la luz natural y respeta la naturaleza a la que, subraya, nunca le ha fallado porque es incapaz de sacrificar un árbol por una construcción.
"Las casas de Zuazua, mi pueblo natal, me marcaron", refiere el arquitecto, de ojos café claro tras unos lentes de armazón metálica.
"Era un aprendizaje natural de los pobladores, que levantaban gruesos muros de sillar para protegerse del calor y del frío, con ventanas de postigos arriba y abajo que se abrían o cerraban según se quisiera y techo inclinado para llenar el aljibe con el agua de lluvia, porque ese líquido escaseaba".
Todo tenía un porqué, una utilidad, continúa Adán, quien hizo suyas esas enseñanzas a lo largo de más de cinco décadas de trayectoria profesional, y quien ahora disfruta de su retiro.
En un townhouse que él mismo diseñó, con sala de doble altura y un patio colmado de plantas de la región, comparte que uno de sus proyectos más interesantes, en conjunto con el arquitecto Carlos Paulin, es el de la Colonia Fuentes del Valle, porque experimentaron con manzanas alargadas y calles en las que no hay cruces para evitar los accidentes automovilísticos.
Adán cumplirá 82 años en agosto. Es delgado, bajito, de cabello y bigotes blancos. Ahora se sienta en el sofá color arena de una sala en la que abundan artesanías mexicanas, pinturas, libros y fotos.
Es campechano, dinámico y jovial. Viste camisa blanca, pantalón y zapatos café, con calcetines de rayas multicolores. Hay en él un aire entre travieso y juvenil.
Recalca que es enemigo de los estilos importados o que copian formas que no corresponden al lugar y tiempo donde se proyectan.
Por eso, cuando lo invitaron a crear la residencia del Sorteo Tec, en 1972, sintió que tenía una gran oportunidad, ya que hasta entonces las casas eran muy similares a las de Estados Unidos, y se utilizaba el ladrillo, la teja y las molduras.
Él, en cambio, se inclinó por la volumetría, los aplanados, una sala...
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