Perfecto y precioso

AutorSelva Hernández

El libro es un objeto que despierta sensaciones diferentes a las que produce una pantalla. Escritores, poetas, especialistas, románticos y muchos más suelen hablar del placer táctil del papel, del gustoso olor a la tinta, de la perfección en la textura tipográfica, de la lindura de las ilustraciones, de la belleza de las encuadernaciones. No es casual que ahora más que nunca editores, escritores, autores, artistas, diseñadores, aborden al libro y sus partes como un medio de expresión en sí mismo. El libro ya no es el mejor medio para difundir la información; sin embargo, sigue siendo un objeto perfecto y precioso.

Cada época tiene su propia memoria condensada en el medio de su tiempo, y no necesariamente es papel. También está guardada en muros, monumentos, pirámides, piedras, papiro, pergamino, amate. Probablemente, la mayor parte de la información de nuestro tiempo estará condensada en chips, pero no será lo único que la guarde. Cada sociedad tiene sus propios modos de conservar diferentes saberes y me imagino que así seguirá siendo. Habrá cosas que se conserven en libros y otras que no.

Hay que pensar muy bien qué se publica en papel y para qué se publica. Los libros son caros y la recuperación de la inversión es lenta. Un fracaso de ventas para una editorial pequeña puede ser fatal. Si lo que busca el autor son lectores, lo que conviene es un medio electrónico. Un blog popular, por ejemplo, puede recibir más de mil lectores por día; en cambio, la impresión de un libro mayor a mil ejemplares, sobre todo de autores nuevos, me parece un negocio muy arriesgado: los libros no se venden. Hay que pensar entonces qué textos conviene volverlos libro, planear muy bien las características de acuerdo con el costo y el número de compradores que creemos estarán interesados en adquirirlo, además asignar un precio razonable. Aún así, el libro en papel ha explorado otros terrenos, se ha transformado. Incluso la tecnología ha destinado energías en la publicación de libros en papel. Las compañías de autoedición digital han crecido sustancialmente, ya no son necesarios los grandes tiros y cualquier persona puede tener su propio libro muy bien hecho por una módica cantidad. Las editoriales piden cada vez más que...

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