Pequeños grandes curiosos

AutorMaría Minero

El impulso por conocer es parte de la naturaleza humana, un claro ejemplo de ello son los pequeños que a partir de los tres años se vuelven extremadamente curiosos.

Durante esta edad y hasta los seis años son tan preguntones que algunos padres podrían verse sorprendidos por las cuestiones que a los menores de la familia se les ocurren.

Sin embargo, la psicoanalista Xóchitl Vázquez recomienda contestar con sinceridad, aterrizar las respuestas a su lenguaje y lo más importante, no acallarlos.

"En psicoanálisis se maneja que hay una raíz en el ser humano para conocer, que sino se le da el correcto manejo puede provocar que los niños ya no se pregunten, ya no quieran saber y esto es muy nocivo en la primaria", alerta la especialista en psicoanálisis.

Por muy inoportunas que parezcan las interrogantes de los niños, los padres nunca deben molestarse con ellos, recomienda, ni decirles que cómo se atreven a hacer esas preguntas.

Las principales inquietudes a partir de los 3 años tienen que ver, sobre todo, con roles de género, relaciones familiares y diferencias entre el cuerpo de la mujer y el hombre.

"En este momento los niños empiezan a contemplar el mundo y se vuelven agudos observadores", subraya la también Coordinadora docente del Departamento de Salud, Psicología y Comunidad (DSPC) en el ITESO.

Por esta razón sus preguntas siempre están relacionadas con su entorno, lo que ahí sucede y cualquier acontecimiento que se presente fuera de lo que para ellos es lo convencional.

Por ejemplo, si se da una situación complicada en la familia se inquietan al respecto y lo más natural es querer saber qué sucede. Si fallece alguien cercano a la familia también les surgen bastantes dudas sobre la muerte, agrega.

SENTIDOS INQUIETOS

A partir de los 2 y hasta los 6 años, los niños pasan por un periodo muy sensible en el que su medio principal de comunicación son los sentidos, señala Claudia Martínez, psicóloga en el colegio Pierre Faure.

"Antes de que aparezca la edad de la razón el niño tiene un interés especial por las impresiones sensoriales de todo tipo como color, forma, tamaño, sonido y textura", resalta la especialista.

A esta fase la pedagoga italiana María Montessori la llamó "Refinamiento de los Sentidos".

Al ser tan receptivos a todo lo que pasa por sus sentidos, los pequeños pueden pasar mucho tiempo observando los fenómenos de su entorno, indica Martínez.

"Todos los que hemos tenido un chico de estas edades en casa, coincidiremos en que la...

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