La pequeña Francia

AutorEmmanuel Millanes

ENVIADO

QUEBEC, Canadá.- "Es como Francia en Norteamérica", dice James LaRoche, quien, en la esquina de las calles Sous-Le-Fort y St. Pierre, en el Viejo Quebec, deleita a los transeúntes con su voz y guitarra.

El distrito histórico, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1985, posee un encanto único con sus edificios del periodo de la Nueva Francia, sus callecitas peatonales y sus fortificaciones que invitan a pasar y descubrir un mundo de maravillas.

En 1535, Jacques Cartier se adentró en el río San Lorenzo y estableció aquí, en nombre del Rey de Francia, el primer asentamiento europeo al norte del continente americano, aunque fue hasta 1608 que el explorador galo Samuel de Champlain fundó la ciudad de Quebec en la elevación rocosa llamada Cabo Diamante.

"Hemos mantenido nuestras raíces francesas. Tenemos algo único que no ves en Europa. No ves este tipo de edificios, la arquitectura o la gastronomía", cuenta Leny Painchaud, quien se toma un descanso después de pasear a varios turistas en su calandria.

Estos son los lugares que no puedes dejar de visitar en el Viejo Quebec, que mide cerca de 1.4 kilómetros cuadrados, lo que permite caminarlo de un lado a otro sin problema.

TERRASSE DUFFERIN

Como si fuera el patio trasero del Château Frontenac (el símbolo de la ciudad construido en 1893), esta terraza de madera parece la cubierta de un barco que se extiende hacia una parte del río San Lorenzo. Tiene bancas, quioscos y cañones, ideales para tomarse la foto del recuerdo.

En uno de los extremos de la terraza está el Promenade des Gouverneurs, un camino...

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