¡Con pelos en la lengua!

Nunca nunca les había cotorreado de mi comadre Galaxia, alias "La Galy". La Galy es bailadora y letal a la hora de hablar. En una posada de su jale, le montaron a un vato que estaba muy pasadito con las de harina, lo bautizó como el Crimen Perfecto que porque no se le podía encontrar la pistola. El vato le echó buen "dans", verbo y p'os medio carita y dandy, y mi comadre ya pisteada, que se confiesa: "oye, bailas bien, ni se notan tus 200 kilos; es más, reviéntate un pedazo, yo pago los destrozos". Es letal la güe.

Sabor dulce

El catedrático estaba hablando de los altos niveles de glucosa hallados en el semen, cuando una estudiante dijo:

- Profesor, si estoy entendiendo correctamente, usted está diciendo que en el semen masculino hay mucha glucosa como en el azúcar...

- Efectivamente, así es.

La chica después de pensarlo unos instantes preguntó de nuevo:

- Si es como usted dice, ¿entonces por qué no sabe dulce?

El salón de clase quedó momentáneamente callado, para luego soltar las escandalosas risas. El rubor cubrió la cara de la chica al entender lo que había acabado de decir, tomó sus libros y salió del salón para nunca más regresar. Cuando ella salía, el profesor alcanzó a responder su pregunta diciendo:

- Señorita, debo decirle que las papilas gustativas para el dulce, están en la punta de la lengua y no al fondo de la garganta.

Gallego responsable

En este chiste participan un mexicano, un peruano y un gallego. Los 3 trabajan en una misma empresa en donde son muy rigurosos con el horario.

Sin embargo en las últimas semanas se dan cuenta que su jefe está saliendo con 2 horas de anticipación todos los días.

Un día, los 3 amigos esperan a que su jefe salga, e inmediatamente salen ellos a disfrutar de esas 2 horas libres que el jefe les estaba "sirviendo en bandeja de plata".

El gallego sale directo para su casa, pero al llegar escucha un ruido que proviene de la alcoba; se acerca sigilosamente, abre la puerta, y encuentra a su mujer... ¡acostada con su jefe! Cerró la puerta con cuidado, y se escondió en el sótano hasta que su jefe se fue.

Al día siguiente, como de costumbre, el jefe salió anticipadamente, y el mexicano le dice al gallego:

- ¿Hoy también nos vamos a...

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