Un peligro evidente. La invasión extranjera

AutorManuel Gutiérrez Nájera
Páginas37-40
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l muezzin colocado en lo alto de la torre nos señala el pe-
ligro, y lo peor es que no ponemos medio alguno para con -
jurarlo. Los americanos nos invaden poco a poco, sin estrépito
de armas, sin grandes batallas ni pequeñas escaramuzas; en-
tran por las garitas sin que nadie les marque el alto ni les pre-
gunte sus propósitos; construyen ferrocarriles para venir más
cómodos, sin sufrir la aspereza del camino ni los terribles saltos
de la diligencia; no traen armas, ni proyectiles, ni municiones,
pero, en cambio, viene con ellos esa vara poderosa que no hace
brotar el agua como la de Moisés, sino el oro; la que opera todos
los milagros y todos los prodigios: el dinero.
Incuestionablemente, esta anexión pacífica tiene que veri -
ficarse. No podemos resistirla. Comienza disminuyendo la
miseria, acrecentando el movimiento comercial, y los pobres,
los menesterosos, los miserables, la reciben con muestras de
verdadero regocijo. Por mucho que sea, sin embargo, el prove -
cho que puede redundar para México de esta creciente inmi-
gración, no puede tampoco negarse que serias complicaciones
y conflictos gravísimos nos amenazan. La raza que viene adue -
ñándose de nuestro país es una raza opuesta diametralmente
a la nuestra. Poco a poco se irán apoderando de todas nuestras
UN PELIGRO EVIDENTE.
LA INVASIÓN EXTRANJERA
E
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