Peligra la llegada de Santaclós... a la romería

Diana Villavicencio

MÉXICO, D.F., diciembre 24 (EL UNIVERSAL).- Por poco y hoy no llega Santaclós a la capital del país. Este martes, sus representantes tuvieron algunos inconvenientes para instalarse en la avenida Buenavista e inmediaciones de la delegación Cuauhtémoc. Lucen desanimados, la toma de fotografías con ellos, acompañados de sus fieles renos, ha sido mínima, menor que la registrada el año pasado: de 200 al día.

Primero tenían contemplado apostarse en este lugar desde las cinco de la tarde, pero la falta de personas, de niños, y el intenso frío los obliga a abrir una hora después.

Están cansados, vienen desde el Polo Norte, ahí de las calles de Tepito, de Lomas de Padierna y uno que otro proveniente del Estado de México y de otras entidades del país.

En un marco de luces, juegos, venta de antojitos y juguetes, los representantes de Santaclós, con escenarios de moda con los personajes de Frozen, o los más tradicionales con sus elefantes, no pierden la oportunidad de invitar a la gente a sacarse la tan deseada fotografía con ellos.

“La vendemos barata, bueno ya hasta se reciben vales de despensa; hay de 70 y 100 pesos o dos por 50 pesos, según las necesidades, total ningún precio es mayor o menor cuando se quiere ver a un niño contento, con esa ilusión de seguir creyendo en nosotros, pese a que el país enfrente una verdadera crisis económica”, comenta Sadrac Lira Rivas, quien por primera vez representa a San Nicolás.

Los hombres de barba, vestidos de rojo, llegaron este martes, pero antes, a principios de mes, mandaron a los duendes a que prepararan toda la infraestructura para recibir a más de cuatro mil personas al día, afluencia que se registró el año pasado.

El espacio lo conforma un tianguis gigantesco, varios juegos mecánicos y toda una romería donde menores y mayores buscan al gordito de traje rojo para entregar su carta.

Ellos sí se portaron bien y se merecen pedir juguetes y tomarse la foto del recuerdo.

Entre la multitud hay personas que llevan sus cámaras digitales y cargan con sus impresoras, los Santacloses les llaman fotógrafos.

Ivonne Hernández, encargada de un juego de destreza, cuenta que desde 1949, miles de familias del Distrito Federal...

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