'Pejemanía' salva de la quiebra a alfareros

VILLAHERMOSA, Tab., noviembre 28 (EL UNIVERSAL).- La "pejemanía" ha salvado de la quiebra a la escuela de cerámica de la "Ms.adre Muriel", en Nacajuca, la cual estuvo a punto de cerrar por problemas económicos. Sin embargo, estos problemas han quedado en el olvido, debido al éxito que les ha traído pintar pejelagartos en sus diseños artesanales.

A lo largo de 39 años, mujeres, hombres y niños de la etnia chontal y zoque se han formado en sus talleres, son artesanos que se independizaron hacia otros municipios del estado y continúan impulsando la alfarería tradicional.

"Se desató la fiebre y nuestros productos se fueron arriba. Creo que el pejelagarto nos dio la suerte que necesitábamos", dijo Rosario Prudencio, responsable del taller "Asociación Sociocultural de las zonas indígenas del Estado de Tabasco".

El pejelagarto es un pez de escama dura y resbalosa, tiene un hocico largo con dientes afilados, es considerado un animal exótico en la cocina regional y con él, la clase política y simpatizantes tabasqueños identifican al presidente electo Andrés Manuel López Obrador.

El proceso de la alfarería comienza con el vaciado del barro en piletas con agua donde es batido y limpiado de impurezas, posteriormente, los artesanos mezclan el barro con pasta de cerámica, y continúan con el amasado durante 15 minutos, luego se moldean las piezas en el área de torno para ser sometidas al horno.

Una vez horneadas las piezas, los artesanos comienzan el diseño y pintado. "El amasado es la clave de una pieza excelentemente elaborada, en este proceso no deben quedarse burbujas de aire porque, de lo contrario, se fractura la pieza al hornearse", puntualizó Cristóbal López, alfarero con 30 años de experiencia.

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