Pegan casinos en el gasto familiar

AutorMartín Morita

SANTA ELENA / Belice

Las bellas y exóticas bailarinas rusas pasan desapercibidas para Antonio, un empleado bancario de Cancún que tiene fija su mente y mirada sobre la mesa de cartas, seducido totalmente por el black jack, y se juega su resto.

Ya pasaron más de dos horas de mala suerte en las que ha perdido el dinero que tenía previsto para comprar mercancías en este recinto, la Zona Libre Comercial de Belice.

Minutos después, sentado frente a una de las barras del Casino Princess, el apostador vuelve a su realidad: "Madres, ahora sí me va a colgar mi mujer... me chingué los 10 mil pesos, con esa lana iba a comprar ropa para mi familia y unas llantas del coche. Ya no tengo ni para regresar a Cancún".

Y mientras Antonio se lamenta, un crupier checoslovaco hace gala de su buen español: "Bienvenidos, amigos mexicanos, están en su casa. Olvídense de todo, piensen que están en Las Vegas".

La apertura del primer casino en la Zona Libre beliceña sedujo de inmediato a los habitantes de Chetumal, que en menos de 10 minutos pueden llegar a ese lugar sin ningún tipo de traba.

Es por ello que hombres y mujeres de Chetumal de las clases media y alta acuden a diario a ese negocio de juegos y apuestas. En ese vasto grupo de apostadores hay muchos políticos y empresarios quintanarroenses.

El crupier Alan comenta: "Las mujeres de algunos políticos y empresarios de Quintana Roo están en nuestro grupo selecto de clientes. Hay unas que vienen todos los días y se pasan horas y horas jugando".

Precisamente, la adicción por el juego por parte de algunas mujeres quintanarroenses puso...

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