Pedro Meyer: La mentira fotográfica
| Autor | Silvia Cherem S. |
El mexicano Pedro Meyer (Madrid, 1935), referencia internacional por ser pionero en el arte digital y creador de Zone Zero, la página de internet de fotografía digital con mayor número de visitantes, se sabe un provocador del quehacer fotográfico. Desde hace más de una década, con la erudición de un profeta, declaró la muerte del cuarto oscuro y, desde entonces, celebra estar en el centro de la polémica, arguyendo que el haluro de plata es anacrónico y que la fotografía analógica carece de futuro.
Meyer, quien gozosamente vive en su periodo DC (después de la computadora), dice estar, a sus casi 70 años, más activo que nunca: publica libros, expone en capitales cosmopolitas como Washington, París o Viena, o sitios recónditos como Juchitán, Yuma o Bangladesh; dicta conferencias, inaugura festivales, crea exposiciones virtuales para Zone Zero, y se esmera en preparar una retrospectiva de 50 exposiciones en torno a su trayectoria.
Conversamos en su casa-estudio en Coyoacán, en donde festeja que el cuarto oscuro, las charolas y ampliadoras se hayan infestado de telarañas para ceder su espacio a numerosas Macintosh G5 con software de punta, sofisticados scanners, modernas impresoras y monitores de alta resolución. Gracias a esta tecnología, ha ampliado sus horizontes expresivos y hoy es capaz de modificar tiempos y espacios, introducir fondos, luces, contextos y colores, trabajar sobre el océano de pixeles y lograr imágenes monumentales.
Desafiando los linderos entre la realidad y la ficción creativa, asegura que sólo ahora, después de décadas de oficio, es capaz de "escribir con luz", finalidad última del quehacer fotográfico. En su estudio, destaca el homenaje Manuel Álvarez Bravo y su Buena fama durmiendo, un ejemplo más del placer de Meyer por jugar con la "realidad". En esa composición amalgamó el legendario desnudo de la indígena de los muslos y abdomen vendados que tomó Don Manuel, con dos retratos que él mismo tomó al maestro: en 1974, en el jardín de su casa, mirando inquisitivo a la cámara; y, en el 2000, a los 98 años, observando de lejos su vida desde un presente inacabado.
Pese a que la propuesta de Meyer puede ser ubicada en los linderos del arte fotográfico, literario y pictórico, no duda en señalar que lo suyo, con todas las manipulaciones posibles, es y será, simplemente fotografía.
"No soy el único que crea fotografía en computadoras, y lo que vengo diciendo hace ya más de una década, se ha ido cumpliendo. Ésta es la nueva realidad y es preciso ser creativo con ella".
Asegura que Kodak ya casi no fabrica rollos y que en el primer mundo no queda ni una sola empresa que invierta en la investigación y desarrollo tecnológico para la producción de cámaras con película.
¿Arte o Documento?
Al igual que otros artistas a nivel internacional, Pedro Meyer se permite toda clase de licencias para editar: recorta, recontextualiza, destaca con velos de luz y máscaras cromáticas, y hasta reubica a los personajes en situaciones ajenas, suscitando revuelos entre los académicos tradicionalistas, que sostienen que la esencia de la fotografía estriba en su "verosimilitud", es decir en la credibilidad que suscita retratar un hecho fidedigno. Por ello, más de un fotógrafo purista ha arremetido contra el trabajo de Meyer tildándolo de herejía: ¿si el registro no es ya "puro", se preguntan, podemos seguir llamándole fotografía o deberíamos crear un nuevo término para esta nueva clase de creaciones manipuladas? Meyer, santo patrón de las imágenes digitales, interpela sin piedad.
"Hablar de 'fotografía manipulada' es tautológico. No existe la objetividad: todas las fotografías, de todos los tiempos, son una mera ilusión y han sido manipuladas. Encuadrar el ángulo que a uno le satisface, darle prioridad en el enfoque a ciertos elementos y no a otros, seleccionar cuándo disparar, usar filtros o lentes, abstraer una realidad en color para convertirla en blanco y negro, todo ello es 'manipular'. Es por miedo o nostalgia que muchos se sienten incapacitados para desprenderse del cuarto oscuro y atreverse a expandir su horizonte narrativo".
Autor entre...
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