Pedalean sin coordinación
| Autor | Iván Sosa y Dalila Sarabia |
Pedalear en la Ciudad se puso de moda, pero las 14 rutas para hacerlo están desconectadas y cada una tiene diseño diferente.
Aunque en los últimos años el GDF y las delegaciones han apostado por la creación de ciclovías, que ya suman 114 kilómetros, cada uno las hace a su manera y no forman corredores integrales de movilidad.
Algunas son confinadas, otras pintadas, algunas al centro de camellones, unas compartidas con transporte público y el ancho de los carriles es diferente.
"Hay espacios públicos recuperados, como en las vías del tren en Azcapotzalco, en Tlalpan y Magdalena Contreras, o la decisión de dedicar un carril a la circulación confinada de bicicletas, pero falta conectarlas", refiere el especialista en movilidad, Jesús Sánchez.
Incluso en una misma Delegación no hay continuidad.
Tan es el caso de la Benito Juárez, donde hay tres: en las calles Dakota, Félix Cuevas y Adolfo Prieto, pero con tramos inconexos.
"Si va a haber Ecobici en Benito Juárez, para conectarse con la nueva de Nuevo León, que te lleva a la Roma y al Centro Histórico, hace falta la ciclovía de División del Norte", comentó la ciclista Adriana Macías.
En la Miguel Hidalgo hay dos, una que va del Parque lineal del Plan Sexenal a Tacubaya y otra que pasa por calles de la Colonia San Miguel Chapultepec.
Azcapotzalco cuenta con dos, del Casco de Santo Tomás a la Vocacional 6 y la del Parque Bicentenario-El Rosario.
Para conectar la del Plan Sexenal al Casco de Santo Tomas falta un tramo de dos kilómetros.
"Están los proyectos, pero no hay presupuesto", justifica la directora de Servicios Urbanos de Azcapotzalco, Graciela Rojas.
La de Coyoacán se trazó en la zona Centro, pintada sobre carriles vehiculares, con preferencia al ciclista que casi nunca se respeta, pues es invadida por automovilistas.
En la misma demarcación se acaba de estrenar otra ciclovía en el camellón de Calzada Miramontes, pero tampoco están comunicadas, ni se proyecta unirlas.
Cuauhtémoc tiene la confinada de Paseo de la Reforma, que en sus extremos no se une con alguna otra, y dos más en el Centro Histórico que llega al Zócalo, donde se interrumpen.
La Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza comparten la de Eduardo Molina, confinada desde Río de los Remedios a San Lázaro, pero que no conecta con ninguna otra.
"Está muy bien, pero...
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