Paz Flores / Amor prinosáurico

AutorPaz Flores

Tan evidente como los frescos pechos al aire libre de la francesa Maude Versini en la red y la sonrisa de lagartón del precandidato Arturo Montiel es el fenómeno del caos criminal del que debemos rescatar al País. Si no me cree que puede ser abuelo de su mujer, vea las inconfundibles cicatrices cerca de la oreja tan típicas del restirado plástico.

Sólo para que contraste la frivolidad de los políticos con la urgencia de resolver los problemas del País, ahí le va esta breve crónica de amor prinosaúrico.

La historia de Maude Versini y Arturo Montiel es algo así como la crónica de Cleopatra y Marco Antonio de Chalma. El precandidato con delirios de frívolo César prinosaúrico es entrevistado por Maude Versini en el 2000, una joven reportera del París Match que podría ser su hija o hasta su nieta.

Y como bien dicen las raíces de la palabra entrevistar, la francesa ya lo había entre "vistado" muy bien como para saber de qué pata cojeaba.

Y como en el amor lagartón y en la impunidad prinosaúrica todo se vale, inmediatamente le manda unas tunas a la francesita y le truena los dedos al Congreso para que lo divorcien, pero a la de ¡ya!

Me lo imagino meloso y a ella ambiciosa, diciéndole que no habría baile si no la entronizaba inmediatamente y que cambiara las leyes del País si era necesario, pues por algo ella era la reina Versini.

Cual burro en primavera, Arturo Montiel, en mayo del 2002, promovió en el Congreso una reforma al Código Civil, para que las personas divorciadas se pudieran casar inmediatamente sin esperar un año, porque al señor ya le urgía casarse para que la francesa cediera.

En 24 días, el enamoramiento de Montiel y su desesperación por estrenar logró unanimidad en el Congreso y se aprobó la reforma.

Tres semanas después estrenaba primera damita francesa, Maude Versini, provocando envidia entre sus cuates del Grupo Atlacomulco.

La desesperación de la francesita por sentarse en el trono movió al Congreso, por eso dice el refrán "más jala un par de tetas que una yunta de bueyes". Tal parece que el estilo Marta de hacer política casamentera sigue vigente desde los tiempos de Cleopatra, pero no comparemos a estas pobres copias con Cleopatra, porque ella era considerada cual diosa Isis entre egipcios y éstas ni a los talones le llegan.

El divorcio exprés es el invento del César Montiel -¡Ave César!- quien, por la urgencia de tener una mujer, obligó al Congreso a hacer la reforma y con ello poder darle una patada exprés a su mujer Paula...

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