Paz Fernández Cueto/ ¿Por qué divididos?

AutorPaz Fernández Cueto

Las declaraciones del pastor Doménico Tomasseto, titular de la Federación de Iglesias Evangélicas, a propósito del nuevo documento del Vaticano Dominus Jesus, levantaron la polvareda del escándalo. Es increíble la confusión que se genera por una serie de comentarios sacados de contexto, y sazonados con una buena dosis de ignorancia. Las declaraciones del cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, no representan novedad alguna sobre la que ha sido siempre la postura de la Iglesia Católica en cuanto a la verdad que profesa, sin que esta postura se oponga, en modo alguno, al diálogo interreligioso, al ecumenismo, a la apertura y al reconocimiento de lo verdadero que existe en todas las religiones.

Comenta Jean Guitton que "seguir siendo católico en toda la extensión de la palabra, especialmente en estos tiempos en que ha cambiado tanto la visión del hombre y del universo, es una tarea difícil pero estimulante". El catolicismo, según este mismo autor miembro de la Academia Francesa, "es una forma del cristianismo que se presenta a sí misma como una institución visible que continúa en la historia la obra de Jesucristo". Se distingue de otras iglesias y confesiones cristianas, por la unidad que ha conseguido instaurar en torno a los obispos, sucesores de los apóstoles, y de uno de ellos en particular, a quien se le llama Papa y que es el sucesor del apóstol Pedro. Esta forma del cristianismo se dice católica, palabra que quiere decir universal, por el destino universal de su mensaje de salvación:

"Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad", y por su capacidad de extenderse por toda la tierra, acoplándose a todas las razas, pueblos, culturas y naciones. Su misión es proclamar la salvación eterna en Jesucristo, mediante la participación de los sacramentos. La Iglesia misma se hace llamar "sacramento universal de salvación" en cuanto que es el signo visible instituido sobre la roca de Pedro: "tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia". No se puede comprender el catolicismo sin considerar su espacio espiritual en tres dimensiones: 1) es una doctrina y en cuanto tal, se asemeja a todas las filosofías y sistemas de ideas; 2) es también un culto, lo que lo asemeja a todas las religiones, y 3) es una organización visible semejante, por tanto, a todos los poderes. En consecuencia, es también una escuela, un templo y un rebaño. Toda autoridad en ella es a la vez...

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