Paz Fernández Cueto / Para una sociedad en crisis...

AutorPaz Fernández Cueto

Antídoto a la crisis política que nos aqueja ante el debate postelectoral, La civilización del amor, libro editado por el Fondo de Cultura Económica (2006), me ha caído como un chubasco de agua refrescante. Su autor, Agustín Basave Fernández del Valle, filósofo cristiano de prestigio internacional, corona su carrera intelectual con esta obra póstuma, presentada recientemente al público por el hijo que lleva su nombre. Síntesis de toda una vida de fecundo pensamiento filosófico, ofrece a nuestra consideración un conjunto de reflexiones para una sociedad en crisis.

Parecería un despropósito intentar resumir en el reducido espacio de esta columna, tanta riqueza acumulada en ideas y pensamientos madurados a lo largo de una vida. Nada suple la lectura fascinante de esta obra, intentando por mi parte, dar sólo un esbozo de la riqueza que contiene. Se trata de presentar ante una sociedad que a todas luces reclama cambio de estructuras, un nuevo proyecto para un nuevo modelo.

Las crisis políticas y sociales que vivimos encuentran su explicación ante el panorama desolador de una sociedad estructuralmente injusta, con escasas o nulas oportunidades para quienes más las necesitan. Resulta fácil hablar de un cambio de estructuras, pero es una empresa complicada presentar este nuevo modelo, de forma asequible para todos.

Hoy en día la disyuntiva política más importante se plantea en dos términos: Pluralismo democrático o totalitarismo político. El pluralismo auténtico se traduce en una civilización que permite subsistir a sectores sociológicos distintos, basándose en una tolerancia bien entendida hacia las personas -nunca hacia el error-, cuya guía es la regla de oro de la convivencia humana, "trata a otros como quisieras que te trataran a ti". En la vasta zona de lo opinable, las discordancias deben ser manifestadas con respeto para lograr el verdadero diálogo. No un diálogo-oposición que se traduce en descalificaciones sistemáticas que no conducen sino a un diálogo de sordos, sino un diálogo colaboración que corresponde a un coloquio abierto, receptivo...

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