Paz Fernández Cueto / Todos somos migrantes

AutorPaz Fernández Cueto

Como aves que alzan en parvada su vuelo movidas por su instinto de supervivencia, cada año emprenden la fuga cerca de 120 mil migrantes centroamericanos que cruzan la frontera sur con la mira puesta en el país del norte. Solo la mitad logrará alcanzarla, mientras que los demás seguirán intentándolo.

Sus pasos se juntan en el camino con los de 300 mil mexicanos que expulsados también de su tierra por falta de oportunidades, peregrinan cada año tras los mismos sueños, arriesgándose ante los mismos peligros. La ilusión es llegar al otro lado, conseguir un trabajito, reunirse con los parientes que ya la hicieron, y que ahora les animan a intentarlo, para ganar no solo pal maíz, tortillas y frijoles que su tierra no da para más, sino poder experimentar por primera vez lo que es tener un poco de sobra, enviar dinerito a la familia, con la posibilidad de ahorrar sin la zozobra de vivir al día por no saber si habrán de comer al día siguiente.

El tema de por sí dramático, se hizo más visible al ser ampliamente difundidos en los medios, tanto a nivel nacional como internacional, los inaceptables abusos e injusticias de que fueron víctimas un grupo de migrantes que el 16 de diciembre pasado, mientras transitaban en el tren conocido como la "Bestia", en su recorrido desde Chahuites, Oaxaca, hacia Ixtepec, fueron asaltados y secuestrados. Como si no fueran pocas las penalidades que los migrantes afrontan en su recorrido: enfermedades, hambre, agotamiento extremo, accidentes y vejaciones de todo tipo, la problemática que ahora enfrentan resulta indignante, al haberse convertido en blanco de extorsión y abusos sin límite, de criminales frecuentemente en complicidad con autoridades sin escrúpulos y corruptas.

Sabemos que el gobierno federal a través del Instituto Nacional de Migración, según informó su comisionado, Salvador Beltrán del Río, ayer, en comparecencia ante la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados, ha emprendido una serie de acciones dirigidas a mejorar los procedimientos y esquemas de protección a migrantes, a raíz de esta penosa situación, demostrando su compromiso con la protección de los derechos humanos y la integridad de las personas.

Ciertamente se han hecho esfuerzos para garantizar el trato humano en las llamadas Estancias Migratorias, lugar donde permanecen los indocumentados mientras son repatriados, y a quienes han sido víctimas del delito, se les otorga la llamada visa...

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