Paz Fernández Cueto / El matrimonio en campaña

AutorPaz Fernández Cueto

El matrimonio como institución se ha convertido en bandera política de la campaña de Bush a la reelección presidencial. Y como no existe propuesta sin presupuesto, el equipo oficial ha venido trabajando una iniciativa apoyada por los grupos conservadores, con el objeto de destinar al menos 1.5 billones de dólares a la promoción de "healthy marriages"; es decir, de "matrimonios sanos" a través de entrenamiento especializado para fortalecer el desarrollo de las capacidades interpersonales de las parejas (New York Times, 01,13,04).

La propuesta responde, en parte, a las presiones de grupos tradicionales que defienden el matrimonio institucional ante de la decisión del Tribunal Supremo de Massachusetts, del pasado 18 de noviembre, que declaró inconstitucional la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo, lo cual no significa que se hayan autorizado las uniones homosexuales, sino que se otorga un plazo de 180 días al parlamento estatal, para que apruebe la ley correspondiente.

Es importante recordar que pocos días antes, el tribunal de New Jersey había sentenciado justo lo contrario; y que con la incorporación de Wisconsin del pasado 5 de noviembre, suman 38 los estados de la Unión Americana que han aprobado la Ley de Defensa del Matrimonio promulgada en 1996 (LDM), misma que lo define como "la unión entre un hombre y una mujer", dejando sin efecto las uniones de homosexuales que puedan reconocer otros estados con el nombre de matrimonio. El parlamento de Massachusetts tiene ahora tres opciones: 1) Aprobar una enmienda constitucional o la LDM de manera que se defina el matrimonio como la unión legal entre un hombre y una mujer, como sucedió en Hawai y en Alaska. 2) Reconocer ciertos efectos civiles a las uniones homosexuales, como es el caso de Vermont o, 3) Reconocer a los homosexuales el derecho a contraer matrimonio, convirtiéndose en el primer estado que lo admitiera.

Según un sondeo reciente realizado por el Pew Resercher Center, el 59 por ciento de los norteamericanos está en contra del matrimonio entre homosexuales, frente a un 32 por ciento que se pronuncia a favor, llegando a la conclusión de que la actividad judicial en torno a esta cuestión tan delicada responde, más que al interés de la población, a las campañas organizadas por asociaciones de gays y lesbianas como ellos mismos reconocen.

Independientemente de sus principios y convicciones personales, Bush intenta capitalizar políticamente la preferencia del pueblo...

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