Paz Fernández Cueto / Una apuesta a la educación
| Autor | Paz Fernández Cueto |
El discurso de la secretaria de Ecuación, Josefina Vázquez Mota, representa todo un reto y una esperanza; la urgencia de poner en movimiento a la sociedad entera para superar el rezago educativo. No se trata de descubrir el hilo negro, basta con poner en práctica algunas cuestiones tan sencillas como elementales, considerando que cualquier país que ha logrado romper el círculo vicioso del subdesarrollo, ha centrado sus esfuerzos en la certificación, evaluación y medición del desempeño de sus maestros, en colaboración estrecha con la comunidad de padres.
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Lo importante no es enseñar, lo importante es aprender. La única finalidad de la enseñanza es el aprendizaje o asimilación de conocimientos por parte del alumno, a quien nadie puede suplir en el proceso educativo. La labor del maestro consiste en enseñar a aprender, establecer las condiciones de posibilidad para que los alumnos aprendan lo que necesitan saber, teniendo en cuenta que para lograrlo, hay que motivar, entusiasmar, animar, despertar la curiosidad y el hambre de conocimiento.
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Integrar una comunidad de investigación y aprendizaje. La escuela tendrá que hacer suyo un sistema de aprendizaje compartido considerando que todos somos protagonistas importantes: maestros, padres de familia, alumnos y comunidad en general. Se ha de avanzar en el conocimiento dialogando con los que trabajan al lado, descubriendo cómo desempeñar las tareas con mayor calidad, de la manera más eficaz, sin menospreciar la influencia decisiva y en ocasiones destructiva de los medios de comunicación. La función del maestro es la de ser un catalizador, a quien corresponde que el proceso de aprendizaje sea cada vez más dinámico.
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Ser profesionistas que dominen su oficio. Todo saber humano tiene mucho de oficio, de artesanía, de saber hacer. Además de estar suficientemente instruido en los conocimientos necesarios y de actualizarse continuamente en ellos, el maestro ha de saber transmitirlos, teniendo en cuenta que la educación es una ciencia pero también es un arte, un arte prudencial que implica saber qué hacer en cada momento, y cómo lograrlo con cada uno de los alumnos. El maestro es ante todo un facilitador de...
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