Pausan el tiempo

AutorDaniel Melchor

Entre los 154 museos que hay en la Ciudad de México, uno logró detener el tiempo para rendirle culto.

La idea fue del suizo Markus Frehner, quien desde 2009, convirtió su tienda de restauración de relojes en el Museo del Tiempo.

Localizado en Congreso 22, en el centro de Tlalpan, la colección suma mil 200 relojes antiguos, además de fonógrafos, gramófonos, vitrolas y una de las dos primeras rocolas que se inventaron, la cual data de 1930.

"Este museo es de los pocos interactivos, me refiero que todo aquí funciona. Esto era la relojería del centro, pero mandaban a los niños de las escuelas para ver las piezas.

"Así como creció el negocio de restauración, creció la colección, en vez de meter dinero al banco lo invertí en antigüedades", explicó Frehner, quien es un autodidacta en la reparación de relojes.

Uno de los más preciados tesoros de Markus es un reloj inglés de 1705, cuya mecánica es bastante compleja y precisa, tanto que desde hace 300 años años no ha dejado de funcionar.

"En 10 años te pasan muchas cosas, ahora, imagínate en cientos de años. ¿Qué ha visto? Si ese reloj pudiera hablar, imagínate lo que cuenta. Ha estado en castillos, visto revoluciones, guerras...

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