Paul Rudd: Chiquito pero picoso
| Autor | Eduardo Molina |
Pareciera que Paul Rudd siempre ha estado a punto de ser una gran estrella.
Desde que Ni Idea (Clueless, 1995) lo puso en el mapa, el actor de 46 años se ha abierto camino en comedias como Bienvenido a los 40, Te Amo Brother, Locura en el Paraíso y El Objeto de Mi Afecto.
Pero la mayoría de la gente lo recuerda como el marido de Phoebe en la comedia de televisión Friends.
Ahora se convierte en Ant-Man: El Hombre Hormiga, en la nueva gran aventura del universo de Marvel, cuya historia se unirá próximamente a los Avengers.
La cita para hablar con Rudd es en los Estudios Pinewood de Atlanta, en pleno rodaje de la cinta y disfrazado de Ant-Man, uno de esos trajes de súper héroe en los que hasta la más mínima imperfección podría notarse.
Y lo que se ve es que Rudd trabajó arduamente para verse bien.
"Me ayudó en los requerimientos físicos y mentales del personaje, sentía que estaba trabajando para algo. Eso nunca había sido el caso. Hice pesas, una dieta loca, entrenamiento, gimnasio por un año. Es una cosa grandiosa, no tienes esa oportunidad de algo así a menos que llegue un trabajo de este tipo. Tiene su lado malo, es algo que dijo también Chris Pratt (Guardianes de la Galaxia), pues cortas todo lo divertido de la vida por un año", explica con buen humor.
El rodaje de ese día involucra a sus coestrellas Evangeline Lilly y Michael Douglas.
Es una escena cerca del final de la película y Rudd prueba diferentes parlamentos al momento de salir en la toma de forma heroica.
El actor comparte crédito de guionista en el proyecto y hace reír al staff de producción, a sus coestrellas y hasta a los invitados al set, aunque el traje ayuda a veces de manera no intencional.
"Es difícil sonar heroico sin quejarse del nivel de confort del traje. No puedo levantar bien los brazos y no se respira bien. Suena mucho. Es el sonido de piel raspando con fibra de vidrio. Es muy difícil moverse y le he pegado a la cámara un par de veces cuando tengo que entrar a cuadro. Pero poco a poco me he ido perfeccionando", señala.
Si hay algo que Marvel ha sabido hacer es convertir a sus héroes en grandes imanes de taquilla, aunque no sean conocidos por todo mundo. Cosa que pasó con la primera cinta de Iron Man y el año pasado con Guardianes de la Galaxia.
Ahora es un territorio desconocido también, donde nuestro personaje protagónico se hace pequeño.
"La idea de reducir de tamaño es muy cool, ya que la tecnología ha avanzado mucho desde Querida, Encogí a los Niños", expresa...
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