Patrón vuelve a Bellas Artes

AutorErika P. Bucio

Enrique Patrón de Rueda está de vuelta en el Palacio de Bellas Artes, su cuna artística. Era sabido que esta Turandot sería su última ópera en este teatro, donde ha dirigido no menos de 800 funciones. Es quien más ha dirigido ahí: ópera, ballet, sinfónica y música popular.

Tan pronto como el INBA difundió por error que Patrón de Rueda se retiraba de la ópera, aunque él sólo se refería a Bellas Artes, la directora del Instituto, Lidia Camacho, lo llamó. Le pidió que reconsiderara. También lo llamó la Secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda. Y en eso está: en un "compás de espera".

"Pasamos toda una vida dando nuestras mejores horas a una institución como la Ópera de Bellas Artes y sentir que no tenemos un lugar es triste y frustrante", lamentaba Patrón de Rueda, con 38 años de carrera.

Una experiencia que debería darle el derecho a elegir un título y sus elencos.

Para esta Turandot eligió a Ping (Enrique Ángeles), Pang (Andrés Carrillo) y Pong (Víctor Hernández), pero no a la protagonista, la soprano búlgara Gabriela Georgieva, a quien el día de la entrevista aún no había escuchado. "Espero que sea lo que todos esperamos: una maravilla".

Como Liù, "nuestra María Katzarava, una maravilla". Patrón está satisfecho con el coro y la orquesta del teatro.

Es un pucciniano de corazón. Madama Butterfly, La bohème, Turandot y Tosca son las óperas que más ha hecho. Todas las pasiones humanas están en Puccini.

"Soy igual de explosivo, de temperamento y las emociones", dice. "Es un gran reto para cualquier director hacer Puccini: te da todas las características de la gran ópera y, además, del mundo sinfónico. Es el gran orquestador".

Su primer Puccini fue Gianni Schicchi cuando aún estudiaba en Londres. Lo escogió el barítono Tito Gobbi. "Temblaba nomás de tenerlo junto a mí". Su segundo título pucciniano fue Tosca, ya en Bellas Artes, con Guillermina Higareda y Gustavo Escudero. "Una gran audacia mía; estaba todavía verde". Lo apoyó Salvador Ochoa.

Había crecido en Maza-tlán, alejado de la ópera. No había entonces ni teatro ni conciertos. Estudiaba en un colegio de padres javerianos. El director Hugo Catenatti lo mandó llamar. Sobre su escritorio vio un disco de ópera, La bohéme, con Renata Tebaldi y Carlo Bergonzi. Se lo pidió prestado, por pura curiosidad. "Oí las voces y caí". Se lo regresó todo rayado. Tenía 14 años.

Patrón enfrentó la oposición familiar. A su padre le parecía que a su hijo "le faltaba un tornillo". Cuando lo invitó a su...

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