Un patrón de complicidad

La violencia que es producto del crimen organizado no respeta siglas partidistas y detrás de ella se encuentra un patrón que se repite en distintas ocasiones durante los últimos años: la complicidad de criminales con policías, afirma Sergio Aguayo Quezada, especialista en temas de seguridad nacional.

"La cantidad de ejecuciones es alarmante porque la principal función del Estado, además de garantizar la seguridad, es crear organismos de justicia que impidan que distintos grupos decidan quién debe morir y lo lleven a cabo", asegura el también profesor del Colegio de México.

Al hablar sobre las ejecuciones y "levantones" atribuidos a judiciales en estados con problemas de tráfico de drogas, responde que esta problemática es parte de la misma degradación del aparato de prevención y procuración de justicia, debido a que las corporaciones policiacas son cómplices de los criminales.

"Eso no sólo explica la facilidad con la que se realizan las ejecuciones, sino la impunidad", dice.

"Un rasgo que llama la atención y que sustenta algunas críticas que se han hecho al estado de Baja California es que la degradación del aparato de justicia no reconoce siglas partidistas. Vemos que las tres principales entidades en ejecuciones son gobernadas por el PRI y por el PAN".

Aguayo Quezada señala que los grupos ilegales que en algún momento han sido armados por el Gobierno para combatir a sus enemigos -en referencia a los llamados "paramilitares" o "guardias blancas" -también y de forma casi irremediable terminan en las filas del crimen organizado, especialmente en los giros de mayores ganancias económicas como el narcotráfico.

"Una de las formas con las que el Estado paga sus servicios a estos grupos es...

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