Patrimonio cotidiano

AutorRebeca Pérez Vega

El acentuado olor de una birria recién preparada, el sabor de una tortilla acabada de salir del comal, el irresistible aroma de la carne al pastor que baila entre la grasa, la apetitosa vista de unos chiles rellenos acomodados sobre un plato de barro como en una postal fotográfica, la colorida disposición de productos únicos, locales y frescos...

Todo parece una escenografía perfectamente orquestada que se dispone a coquetear con los sentidos. Los mercados son contenedores de una diversidad de tradiciones y resguardan múltiples costumbres de la región que se pueden considerar parte del patrimonio cotidiano de la Ciudad.

En Guadalajara hay 90 mercados. Algunos resaltan por su lenguaje arquitectónico único, otros por la multiplicidad de ingredientes y productos que se comercian, otros más por los ricos platos que se preparan en su interior y todos, en suma, replican y mantienen un tradicional sistema de abasto que viene desde antes de la Conquista, expresan académicos entrevistados.

Para la editora y arquitecta Arabella González, los mercados de Guadalajara son de gran valor patrimonial. Hay edificios que resaltan por convertirse en buenos ejemplos de la arquitectura de su tiempo, que quizá pocos advierten.

El más conocido es el Mercado Libertad, de la autoría de Alejandro Zohn, construido en 1959, declarado Monumento Artístico de la Nación, porque incorporó elementos creativos en su diseño y construcción.

En éste, las estructuras "paraboloides hiperbólicas y la utilización del concreto aparente", con un alto grado de innovación, el aprovechamiento de los espacios y el conjugar diversos estilos arquitectónicos y decorativos lo llevaron a crear un conjunto de relevante valor estético.

"Busca a través de muchos detalles, como la plaza principal, como eran los tianguis mesoamericanos y aporta el conocimiento de construir grandes claros con los paraguas de concreto altísimos para que en un segundo piso se pueda lucir toda la vendimia ancestral", describe González.

Pero además de esta joya, hay varios recintos que merece la pena voltear a ver, abunda la arquitecta experta en patrimonio cultural.

"Hay de diversas corrientes arquitectónicas expresadas en los mercados, por ejemplo del art decó tenemos el Mercado Juárez, el Mercado San Diego y el Mercado Zúñiga, en Atemajac.

"Del movimiento moderno está el Mercado Alcalde, diseñado por el alemán Hors Hartung; el Mercado Rizo, de la autoría de Julio de la Peña es también un tesoro por dentro, una...

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