Pastorea Chivas

AutorAlejandra Benítez

América saldó ayer las cuentas pendientes con Chivas y puso el último clavo en el ataúd del Rebaño, que prácticamente verá la Liguilla desde su casa y hoy podría ser sotanero.

El Clásico fue para los azulcremas con un 2-0 indiscutible y contundente, que provocó el delirio de los americanistas en las tribunas del Estadio Azteca.

Con 31 puntos, las Águilas amarraron matemáticamente su pase a la Fase Final y Miguel Herrera sumó su cuarto torneo haciendo más de 30 unidades.

De la mano de Raúl Jiménez, Luis Gabriel Rey y Rubens Sambueza, quien vive un momento de plenitud, el cuadro de casa le dio forma a la victoria, que sumó el esfuerzo y la voluntad de un grupo que parece inquebrantable.

Con este paso, las Águilas van que vuelan para hacer historia, pues ayer igualaron la marca de más triunfos en fila en casa con nueve, que habían logrado entre las campañas 1981-82 y 82-83... y quieren más.

Chivas está a punto de tocar fondo, ya que si hoy Pumas suma contra Santos, lo dejaría en el sótano con ocho unidades.

El triunfo no fue fácil para los azulcremas, que por momentos sufrieron de más y cayeron en la desesperación. Las aproximaciones más claras del América se había dado a través de tiros libres que no pudieron ser capitalizados por Sambueza y Juan Carlos Medina.

Desde que arrancó el partido, Chivas salió jugando a velocidad, multiplicándose en la cancha, y por momentos parecía que había encontrado el antídoto para frenar los desdobles de las Águilas.

Pero en cuanto perdieron la concentración en la zaga, Jiménez fue el encargado de poner a los tapatíos en su realidad cuando al 68' clavó el 1-0 aprovechando un pase de "Sambo".

Con la emotividad a flor de piel, América recobró la confianza y esta vez fue Luis Gabriel Rey el encargado de sumar para la cuenta azulcrema, ya que al 71' clavó el 2-0, tras un servicio de Jiménez.

El Azteca, que esta vez tuvo mayoría americanista, estalló en júbilo, mientras que decenas de seguidores del chiverío descargaron su frustración lanzando vasos.

En la recta final, los rojiblancos se fueron con todo al frente, esperando acortar distancias y no irse en blanco, pero fue imposible horadar el arco de Moisés Muñoz, quien en tres ocasiones defendió su portería con solvencia.

Muñoz desvió un remate de Aldo de Nigris al 84', Carlos Cisneros estrelló un balón en el poste al 86', y al 89' también congeló un disparo de Miguel Sabah.

Tal y como lo dijo Miguel Herrera el viernes, ahora las Chivas tienen que dedicarse a...

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