A un paso de la santidad

AutorIrene Savio

Irene Savio

EL VATICANO.- Aquel 16 de octubre de 1978, tras el cónclave en que fue elegido Papa el Cardenal polaco Karol Józef Wojtyla, la Historia dio varios vuelcos.

El más votado príncipe de la Iglesia se convirtió en el primer Papa eslavo de la Cristiandad y en el primer no italiano después de cuatro siglos y medio. Además, en los últimos 130 años, desde Pío IX, también era el más joven.

Hijo de un antiguo suboficial del Ejército polaco, Wojtyla se quedó huérfano de madre a los 9 años, perdió a su hermano mayor a los 12 y ni siquiera conoció a su única hermana, quien murió en el parto.

Su padre falleció cuando Wojtyla tenía apenas 21 años.

Durante la ocupación alemana de Polonia, fue fichado por la Gestapo, la Policía secreta de Adolf Hitler, y en la Resistencia colaboró salvando familias judías.

En 1938 se inscribió como estudiante de Filología en la Universidad Jagellonica de Cracovia, al tiempo que trabajaba en una fábrica de productos químicos.

Fue ordenado cura el 1 de noviembre de 1946 en la capilla privada del cardenal Adam Stefan Sapieha, en la que se tuvo que ocultar por la persecución, ahora del soviético

Joseph Stalin.

Esta experiencia en su patria le marcaría de por vida, recuerdan muchos, que apuntan a su ferviente activismo anticomunista durante la Guerra Fría.

En 1967, Pablo VI lo convirtió en Cardenal, lo que ocurrió tan sólo 11 años antes de ser elegido Papa.

Durante aquel tiempo se había celebrado el Concilio Vaticano II, en el que Wojtyla fue el padre conciliar más joven, aunque en lo absoluto el más progresista, por lo que muchas de sus propuestas no fueron aceptadas.

Durante su largo papado, logró conquistar a peregrinos en todo el mundo, gracias a su carisma y a su ímpetu por viajar. En total, realizó 104 viajes fuera de Italia.

Promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de otras religiones.

En 1981, sufrió un intento de atentado, cuyas circunstancias aún no han sido esclarecidas, en lo que ha sido uno los hechos más oscuros del siglo 20.

Tampoco fueron pocas las críticas que recibió por su tolerancia a personajes como el dictador chileno Augusto Pinochet y sus vigorosas condenas contra sacerdotes progresistas.

Un ejemplo de esto ocurrió en su visita a Nicaragua en 1983, cuando se negó a darle la mano al poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, quien apoyaba y era Ministro del Frente Sandinista.

Murió en 2005, tras una lenta y pública agonía.

· Juan XXIII durante el Concilio Vaticano II; fue el primero...

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