Pasión sin goles

AutorRoberto Flores

En un partido jugado intensamente los 90 minutos, lleno de pasión, pero sin goles, Rayados y Tigres empataron 0-0 en la edición 66 del Clásico Regiomontano. La marca presionada y el coraje con que se disputó cada balón por los dos equipos provocaron sólo destellos de buen futbol, quedándole a deber ambos a sus seguidores, que, como siempre, llenaron el Estadio Tecnológico y le pusieron el color al duelo.

Lo lamentable es que al final unos cuantos aficionados se enfrascaron en una riña campal afuera del inmueble.

La polémica no podía faltar, pues una decisión arbitral de Gilberto Alcalá influyó en el resultado, al no marcar un penal sobre Antonio De Nigris, al 36'. Luego expulsó a Flavio Rogerio a los 55' y anuló un gol a Tigres al 81', ambas apreciaciones fueron correctas.

Por si fuera poco, un tinte de dramatismo se vivió cuando Claudio Núñez tuvo que abandonar el partido al 72', a sólo 12 minutos de haber ingresado de relevo, lesionado de la rodilla izquierda.

Tigres mandó en el partido, fue quien tuvo mayor control y posesión de balón, pero no pudo crear muchas opciones de gol sobre un Monterrey que había intentado pelearle de igual a igual, pero que al quedarse con un hombre menos se tuvo que defender y lo hizo bien.

La primera parte fue escasa en oportunidades de gol en ambos marcos, la única clara la tuvo Jorge Santillana a los 42', cuando entró al área sin marca pero Ricardo Martínez achicó bien y tapó su disparo.

Para el segundo tiempo, Rayados salió con más ambición, Jesús Arellano pidió más el balón y buscó permanentemente a De Nigris, quien al 48' peinó un balón elevado, le cayó a Juan Arango, pero éste no supo definir estando solo frente a Oscar Dautt.

Cuando mejor jugaba Monterrey vino la expulsión de Rogerio, al agredir en el suelo a David Oteo, y entonces Tigres, que además mandó a la cancha toda su artillería, lo arrinconó en su terreno, pero sin poder hacerle daño.

En una descolgada, al 81', Ochoa anotó, pero el asistente Rafael Herrera marcó el fuera de lugar, apagando la fiesta de los felinos en las tribunas.

Tres minutos más tarde, nuevamente Ochoa tuvo la victoria en sus botines, pero falló frente al arco y sin portero. Todo estaba consumado.

Para Monterrey, por las circunstancias en que terminó el...

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