Una pasión familiar

AutorJuan Raúl Rivera

Hay una zona del Estadio Omnilife, donde el Clásico Nacional se vivió con una pasión diferente.

Justo detrás de la banca del Rebaño, algunos de los familiares de los integrantes del Guadalajara observaron el partido y mostraron su apoyo incondicional.

Los suspiros fueron diferentes: cuando los aficionados festejaron, los familiares sólo agradecieron; cuando los seguidores recriminaron, ellos expresaron su amargura y alguna que otra vez se pararon para gritar.

Se sintió el nerviosismo, por citar un ejemplo, del papá de Miguel Ponce, don José, quien estuvo cruzado de brazos todo el cotejo.

"Mira, gol del América, ya ni modo, ya perdimos, aunque pierdan de todas maneras ahí estamos, como ahorita, ya nos tocó la de malas, ni modo, pero hay que estar con ellos en las buenas y en las malas, así hemos estado siempre".

La esposa de Omar Arellano, Sarahí Paz, dejó de disfrutar el partido en cuanto su...

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