Un paseo en el Modelo T

AutorAlberto Bortoni

Subirse a un Modelo T es sin duda una experiencia gratificante y en un entorno como la celebración de 100 años de Ford invita a una reflexión más profunda. Después de todo, el Modelo T es el auto que cambió la vida de millones de personas y puso a la nación más poderosa en el mundo en movimiento.

Henry Ford era de las pocas personas que a principios del 1900 se había dado cuenta de los beneficios y el tremendo potencial del motor de combustión interna. El sencillo motor reciprocante de un pistón se convertía en movimiento rotativo de una flecha. Las aplicaciones en aquel momento debieron haberle parecido infinitas, pero fue en el automóvil en donde encontró su fortuna.

Pero en 1908, los vehículos con motores de combustión interna eran un lujo que sólo los más ricos podían darse. Y no sólo eso, eran objetos orientados a dar confort y comodidad a las clases aristocráticas. El Modelo T cambió eso drásticamente.

La visión de Henry Ford era poner un Modelo T en cada hogar de Estados Unidos. Un auto que no fuera sólo un lujo y comodidad de las clases acomodadas, sino que fuera un medio de transporte para el común de los trabajadores. Ford era un visionario e ideó la forma de lograr un auto accesible y confiable gracias a dos cosas. La sencillez en el diseño y la producción en serie.

El Modelo T, en sus años de producción masiva se producía en un solo color: negro. Las palabras célebres de Ford según se cuenta son: "Puede ser de cualquier color que deseen, siempre y cuando sea negro". El negro no era sólo un capricho, la velocidad de secado de este color era el apropiado para la producción en serie.

Para encenderlo hay que dar vuelta al "crack", y hay que tener en cuenta que el tiempo de ignición debe de estar retardado. De lo contrario podría regresarse violentamente, hubo muchos casos de brazos quebrados por esta razón.

Una vez a bordo del auto su operación es relativamente sencilla. En el piso hay tres pedales. El de la izquierda opera las relaciones hacia delante de la transmisión y tiene tres posiciones. Completamente presionado es la velocidad baja, en un punto intermedio es neutral y completamente liberado es la velocidad alta. El pedal del centro acciona la reversa y el de la derecha es el freno.

El acelerador se encuentra en forma de palanca y está montado sobre la columna de dirección. No es la operación a la que estamos acostumbrados, pero en aquel entonces el comprador de un Modelo T sólo sabía de riendas y no había muchas expectativas...

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