Partituras de pasión

AutorDaniel de la Fuente

El arte de la música ha marcado sus vidas.

Para celebrar el Día del Músico, que se conmemora mañana, integrantes de la Sinfónica de la UANL, que este año cumple seis décadas de existencia, hablan de su pasión por la música y cómo transmitirla a las nuevas generaciones.

Ellos aceptaron participar por una invitación hecha a través de su director, Eduardo Diazmuñoz.

Desde la niñez

El interés de la violinista Mildred Martínez por la música clásica despertó en la infancia porque sus padres se lo inculcaron.

"Me inscribieron en la primera Orquesta Sinfónica Juvenil de Nuevo León y me apoyaron en campamentos de verano en el extranjero donde tuve muy buenos ejemplos y para pensar en esta disciplina como una carrera en la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey. La exposición a este estilo de música desde pequeña fue fundamental".

Profesora del área infantil Suzuki de La Superior y quien entre sus preferencias gusta de las obras de Tchaikovski, Beethoven y Brahms, dice que la buena música se debe cultivar desde el nacimiento y formar parte del ambiente de casa.

"Es importante también poder verla y escucharla para que nos guste y ahora en estos tiempos, que estamos a un clic de distancia para ver grandes intérpretes, hay que aprovechar, y cuando haya la oportunidad de asistir presencialmente de nuevo a los conciertos es una experiencia imperdible que todos deberíamos experimentar alguna vez en la vida".

Papás y maestros son claves

Con una larga trayectoria que empezó en su natal Rousse, Bulgaria, y que incluye Italia y Alemania, el violinista Daniel Dimov dice que su pasión por la música nació a los 4 años cuando llegó un maestro de música que les pidió a todos los niños cantar una pieza.

"Al final de la audición avisaron a los papás de los niños seleccionados (él entre ellos) para que escogieran algún instrumento y se inscribieran en la escuela de música", dice el músico, apasionado por obras de Bach, Mozart, Beethoven, Tchaikovsky y Rachmaninov, entre otros.

"Después de algunos años tocando empecé a participar en recitales, concursos y, mientras mejor tocaba el instrumento (violín), más me gustaba la música y más motivación tenía y, a pesar de que mis amigos con los que jugaba futbol se reían de lo que estaba haciendo, me fui enamorando más de la música hasta que decidí que sería profesional".

Por eso dice que para amar la música son importantes los maestros y la motivación de los padres.

"De los papás depende qué tanto les va a gustar la...

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