Parra el hombre imaginario

AutorJorge Ricardo

Cada madrugada, frente al océano Pacífico, en la soledad de su casa de Las Cruces, Valparaíso, Chile, se toma una cucharada. Debe ser una cuchara de madera para que no afecte el campo magnético de la sustancia: ácido ascórbico.

No es que desee vivir. Nicanor Parra nunca quiso vivir mucho. Sin embargo, el 5 de septiembre cumplirá 100 años. Físico, matemático, Premio Cervantes de Literatura, tenía apenas 40 años cuando escribió su epitafio: "Fui lo que fui: una mezcla / De vinagre y de aceite de comer / ¡Un embutido de ángel y bestia!"

"¡Huuuy! Está mejor que yo", grita por el teléfono Óscar Parra Sandoval, uno de sus hermanos, con 84 años encima.

"Parra", añade el poeta chileno Raúl Zurita, "es un personaje de otro planeta que a los 100 años recita de memoria en sus lenguas a Shakespeare, Homero, Maikovsky, a los que suma letras de narcocorridos. A los 100 años sigue mostrándonos los múltiples ríos de la antipoesía y de nuestras vidas".

Antipoesía es un término creado en 1954 con Poemas y antipoemas, poesía sin ninfas ni tritones, de la calle.

"La antipoesía lleva más de medio siglo renovándose. Y es que no se trata de una fórmula, sino de un camino abierto por el que ha de transitar buena parte de la poesía del futuro", señala el editor Ignacio Echeverría, coordinador para Galaxia Gutenberg de un compendio que el antipoeta tituló Obras completas & algo +.

Parra, dice Rodrigo Rojas, académico de la Universidad Diego Portales, desea desaparecer.

Lector del Tao Te King, cree que hay cuatro edades del hombre. Ahora está en la tercera, la del anacoreta. En las dos primeras, el hijo de una lavandera y de un profesor de primaria se hizo cargo de sus siete hermanos, estudió Mecánica en Brown, Cosmología en Oxford, fue recibido en la Casa Blanca por Pat Nixon y se enemistó con la izquierda, obtuvo elogios de Allen Ginsberg, Susan Sontag, Patti Smith y Roberto Bolaño, todos muertos con menos años, porque ninguno es como Parra.

Rojas, el amigo que lo ha visto meterse a un ropero a tomar el ácido ascórbico, una receta de Linus Pauling, Nobel de Química, autor de Cómo vivir más y sentirse mejor, se ríe. "Parra piensa que, si sigue vivo, le van a llamar Matusalén y le van a quitar su nombre".

Hace un año dio a conocer su receta para encontrar el amor y vivir 100 años: "Enamorarse de alguien imaginario. Así no se sufre". Se creía que en 1978 había conocido a un amor de ésos. Se llamaba Ana María Molinare, casada, 32 años.Él tenía 64.

La relación lo...

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