Paran protestas capital boliviana

AutorAlejandro Pairone

REFORMA/ Enviado

LA PAZ.- Ya era muy noche en la capital boliviana y aún atemorizaba el estruendo de los disparos de gases lacrimógenos y las explosiones de la dinamita que se arrojaban policías y manifestantes en la continuación nocturna de lo que durante todo el día fue la batalla por La Paz.

Además de las detonaciones emergía como sonido de fondo el ulular de las sirenas de las ambulancias.

"Fusil, metralla, el pueblo no se calla", gritaban los universitarios que durante 10 horas se enfrentaron contra los antimotines por el control de una calle a 200 metros del Palacio Presidencial.

Cada tanto los estudiantes eran dispersados por los uniformados a fuerza de gases lacrimógenos, pero minutos más tarde contraatacaban y los obligaban a huir de los cachorros (el quinto de un cartucho de dinamita) al grito de "ahora sí, guerra civil".

Diez horas duró esa batalla hasta que los universitarios abandonaron la calle para sumarse a otra marcha de campesinos que también durante varias horas cercó la Plaza Murillo, donde están el Parlamento y el Ejecutivo.

Ambas fueron sólo dos de las decenas de movilizaciones y protestas que se cruzaban en diferentes esquinas de La Paz.

Cuando dos marchas quedaban frente a frente, los líderes del grupo acordaban quién cedía el paso a quién. Instantes después una de las columnas avanzaba, la otra esperaba, pero las dos entonaban la misma canción de arenga a la lucha.

La marcha más compacta era la de los campesinos aymaras, vestidos con su atuendo tradicional y armados por el ancestral chicote, una suma de látigo y garrote que portan cuado están en guerra.

La más distendida, pero también numerosa era las de los maestros, en su mayoría mujeres que entonaban largas canciones con aplausos y tonos altisonantes, como los ritmos de las fiestas escolares.

Pero la alegría parecía finalizar en la Plaza San Francisco, sobre cuyas calles laterales los grupos más radicales armaron grandes barricadas con adoquines y vías de tranvía desenterradas.

En la zona encendieron numerosas fogatas y de las llantas quemadas salía un espeso humo negro que se elevaba en columnas y...

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