Paraíso perdido / Ariel, entre aciertos y omisiones

AutorRafael Aviña

Como presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, la actriz Diana Bracho ha intentado, en la medida de lo posible, reunificar a la comunidad cinematográfica en una de las etapas más difíciles de su historia. Por supuesto, los Arieles no van a salvar nuestra cinematografía y menos a sus realizadores, no obstante, su existencia confiere a lo que queda de la industria un punto de reflexión, unión y conciliación de intereses comunes, en donde quepan, incluso, las voces disidentes y los sectores más independientes de nuestro cine, alejados de grupos y camarillas, que, como todos, sufren las consecuencias de un país donde la cultura cinéfila importa muy poco.

Para la premiación de este año, que será el martes, la academia optó por ese cine de calidad, realizado con apoyos institucionales y de Foprocine, que busca la reflexión por encima de lo comercial, de ahí que las nominaciones para Mejor Película y Director, así como en la mayoría de las ternas (Actor, Coactuación Masculina, Fotografía, Vestuario, Dirección de Arte y más), recayeran en Las vueltas del Citrillo, de Felipe Cazals; Mezcal, de Nacho Ortiz, y Noticias lejanas, de Ricardo Benet, esta última realizada dentro del esquema de operas primas del Centro de Capacitación Cinematográfica, escuela que junto con el CUEC, será merecidamente homenajeada con el Ariel de Oro por su valiosa contribución de más de tres décadas en la formación de los cineastas mexicanos.

Cazals regresa a lo mejor de su filmografía, rescatando costumbres, giros idiomáticos perdidos y la esencia del verdadero protagonista de este País: los "jodidos", en una obra, que, sin alcanzar las alturas de El apando, Canoa o Las Poquianchis, resulta un trabajo muy digno, a partir de una concepción muy simple e ingeniosa que se mueve alrededor de la muerte, el sexo, la nota roja, la amistad viril, la traición y el alcohol. Mezcal, lejos de Lowry y más cerca de Rulfo, rastrea en las venganzas familiares al estilo de El río y la muerte, de Buñuel, o Los hermanos Del Hierro, de Rodríguez, y captura un territorio mítico e indescifrable: una recapitulación emocional de una sociedad desencantada y el de un México profundo y desconocido, como sucede en Noticias lejanas.

En efecto, la película de Benet, es un intrigante relato de desasosiego interior que transcurre entre una semiprovincia y una urbe desoladora y que...

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