Un paraíso llamado Guanacaste

AutorJuan Carlos Molina

Enviado

GUANACASTE, Costa Rica.- Esta provincia promete a sus visitantes aventuras que dejan huella tanto en su mente como en el corazón.

Entre las actividades que nadie debe perderse están: tomar clases de surf, caminar por sus playas, comprar artesanías y pasear a bordo de un catamarán.

El reloj marca las 13:30 horas y los visitantes esperan, a la orilla de la famosa playa Tamarindo, a las lanchas que los llevarán a alguno de los catamaranes que se observan a lo lejos.

A bordo de estas últimas embarcaciones darán un paseo marítimo. Ya en el catamarán, la mayoría se instala en la proa. Sin embargo, una buena opción para no asolearse tanto es ubicarse en el nivel superior y protegerse bajo la sombra de las velas.

Aun así, el uso del bloqueador solar es necesario y hay que aplicarlo con frecuencia. El paseo marítimo brinda la oportunidad de relajarse, pedir un coctel y tomar fotografías de las formaciones terrestres que se alcanzan a divisar.

En algún momento del trayecto el pequeño navío se detiene para que los viajeros tengan la oportunidad de lanzarse a nadar en las aguas del Pacífico.

Tras un refrescante chapuzón, el regreso a la playa se siente todavía más relajado.

El mejor regalo: ver un atardecer en tonos violeta.

UN LUGAR PARA QUEDARSE

Ubicado a unos 25 minutos en auto de Tamarindo -población que, aunque pequeña ofrece atractivas actividades- está el JW Marriott Guanacaste

Resort & Spa, un sitio que lo mismo atrae a aventureros que a quienes desean regalarse un merecido descanso.

Construido al estilo de una hacienda costarricense

este alojamiento se encuentra en Hacienda Pinilla, complejo que cuenta con un campo de golf, árboles Cassia fistula, -de flor amarilla-, y monos que, a menudo, se dejan ver.

Quien quiera comenzar bien el día puede dar una caminata por la orilla de la playa Mansita; mientras, los más dormilones tal vez preferirán tomarse su tiempo y pedir el desayuno a la habitación.

Luego de nadar en la extensa alberca y de volver a comer (hay restaurantes de cocina internacional, italiana, asiática, latinoamericana y de cortes de carnes) una de las tareas obligatorias es ir al spa, y comprobar que su menú de masajes, tratamientos faciales y combos de wellness es muy variado.

Al caer la noche vale la pena sentarse en una de las mesitas que se ubican en la playa y tomar un chiliguaro. La bebida contiene jugo de tomate, salsas y...

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