Carta/ Paradójica educación

En efecto, el señor Carlos Abascal tiene todo el derecho de educar a sus hijos como desee, como Dios le dé a entender, o como entienda, o como pueda. Lo interesante del caso es la forma tan ingenua y decidida en que su hija Luz nos abre las puertas de la herencia cultural recibida en el seno de su familia y las firmes convicciones asimiladas a su corta edad.

Igual que mucha gente que se jacta de haber viajado por todo el mundo y conocer mil lugares y sin embargo, de poco o nada le ha servido, igual, se puede haber leído cientos de libros (cuáles, no sé) y seguir en las mismas, o peor, amasando y puliendo prejuicios, viendo las cosas con un criterio pequeñito o sin criterio, punto.

A estas alturas resulta paradójico que una tenga que decir que se siente afortunada por haber recibido una educación integral, universal, liberal y sin tantos tabúes.

Por lo menos en mi experiencia - y ser católica, apostólica, aunque no romana, no fue obstáculo-, tuve la suerte de leer en la preparatoria y a los 14 años, no sólo "Aura", que siempre me pareció una delicia de obra, sino otras novelas clásicas y poesía que, por lo visto, ¡a más de 30...

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