Pantalla Grande / Japón: Atrévase a conocerla

AutorDiana González

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Decía en días pasados que si en España se alegraban con el surgimiento del prometedor Ramón Salazar (Piedras), en México también deberíamos hacerlo por Julián Hernández (Mil Nubes de Paz....) y ahora, además, por el de Carlos Reygadas, quien debuta como director y guionista con Japón.

Así como el español sigue de cerca los pasos de Almodóvar y Robert Altman para realizar su primera cinta, Reygadas se guía por el cine de Abbas Kiarostami y Andrei Tarkovsky para configurar su propia propuesta: una de índole personal, que toma del primero la mística paisajista y del segundo la poetización de la imagen.

Sin duda una apuesta difícil que ya está mostrando resultados, al menos en la primera función del primer día de exhibición local, cuando a la sala ingresaron ocho personas de las cuales la mitad se salió antes de que finalizara la proyección.

Y es que Japón resulta difícil desde el principio, pues el grano estallado que tamiza la pantalla (16 milímetros pasado a 35 milímetros) desdibuja los contornos y aplana el colorido de una fotografía amplia, que en la mejor tradición ruso-mexicana (Figueroa-Einseinstein) anhela captar la extensión de cielo, tierra y nubes, y que a veces hiere con los blancos completos en que traduce la luz.

Argumentalmente la cinta sigue de cerca a El Sabor de la Cereza, de Kiarostami, pues como en aquélla, el protagonista, un lacónico y solitario hombre de edad mediana (Alejandro Ferretis), llega de la gran ciudad a un punto geográfico olvidado (la barranca de Meztitlán, paraje increíble en el Estado de Hidalgo) en busca de la tranquilidad necesaria para suicidarse.

La conjugación naturaleza-muerte-vida adquiere nuevos y complejos sentidos cuando el aspirante a suicida ve enardecer su libido al punto de que en el límite de su existencia solicita sexo a la anciana septuagenaria que le ha brindado hospedaje y quien, quizá en muestra de su infinita hospitalidad y amor incondicional a la vida, acepta.

Estas escenas, entre otras de masturbación y violencia contra los animales, así como el propio carácter huraño del...

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