Pantalla Grande / Enlace Mortal: Colin Farrell se luce

AutorJusto Elorduy

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Enlace Mortal es todo un aparador para el actor irlandés Colin Farrell, que a estas alturas ha hecho de todo en el cine estadounidense (un espía en El Discípulo, un archivillano en Daredevil: El Hombre sin Miedo, un policía en Minority Report: Sentencia Previa).

Ahora interpreta a un publicista acosado por un francotirador que no lo deja salir de una cabina telefónica en el centro de la ciudad de Nueva York.

El vehículo dirigido por Joel Schumacher, realizador de dos de los filmes de la serie de Batman y la muy regular Malas Compañías, se convierte en todo un Alfred Hitchcock contemporáneo.

Así como Hitchcock probó suerte al montar en el cine La Soga, una pieza magistral hecha en un solo cuarto, en dos tomas tipo "masters", Schumacher filma su Enlace Mortal de manera cronológica, tal vez no en tiempo real, pero sí desde una sola locación.

Básicamente la historia es otra trama que se centra en las cárceles que uno crea alrededor de sí mismo, como se vio en filmes a la par de El Experimento y en ciertos momentos de Señales.

Stuart Shepard (Farrell) está encerrado en un cubículo asfixiante, metáfora de su vida, al que llegó el individuo por su propia mano, por sus actos, por su forma de ser hacia la gente que lo rodea y también por la manera en que se trata a sí mismo.

Es el individuo normal en circunstancias extraordinarias que se enfrenta a dos pesadillas: a la del francotirador y a la de enfrentarse a sí mismo por primera vez en su vida.

Y todo se va manejando hasta cumplir con la famosa frase de que la verdad nos liberará.

La película no es un impresionante filme de pasiones desgarradoras o acción desbocada, sino que a veces es la visión intimista de...

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