Pánico Escénico / Retes, un ser íntegro

AutorJosé Ramón Enríquez

Era mi maestro y me duele su muerte, al mismo tiempo que envidio su capacidad para ser íntegro durante los 86 años de su vida.

Pero Ignacio Retes no fue tan sólo un hombre íntegro: fue una figura fundamental en el teatro mexicano. Junto con Seki Sano tradujo por primera vez al castellano a Stanislavski. Y recordemos que Seki Sano, formado en las disciplinas del teatro japonés y sobre todo del kabuki, fue a trabajar con Stanislavski y Meyerhold a la Unión Soviética, para luego venir a México como perseguido político por sus ideas socialistas.

Aquí, Retes, también hombre de izquierda con un largo historial de colaboración con los sindicatos que, entonces, no eran charros, fue actor de Seki Sano, asistente de dirección y colaborador suyo.

Retes, pues, recibió las enseñanzas de Stanislavski de un discípulo directo. También le llegó por la misma vía Meyerhold y compartió su voluntad de construir una sociedad justa, que fue el motor de la Revolución de Octubre.

La mayoría de nuestros otros maestros oyeron hablar de Stanislavski en Estados Unidos, por donde el director ruso pasó rápidamente dictando conferencias que impresionaron vivamente a cierto sector del teatro estadounidense. Ese Stanislavski nos llegó pasado por las aguas norteamericanas, deslumbradas también por el psicoanálisis, aunque tampoco de primera mano freudiana.

Y los estadounidenses bautizaron, con su voluntad puritana, esquemática y utilitaria, al pensamiento de Stanislavski, amalgamado con su versión superficial del psicoanálisis, como Método. Así, Stanislavski se convirtió en El Método.

Retes recibió a Stanislavski y a Meyerhold en la vertiente más politizada, porque Seki Sano fue un militante de izquierda, mientras que Lee Strasberg y Elia Kazan, los grandes maestros del Actor's Studio, fuente inagotable de nuestros hollywoodenses suspiros (de Dean y Brando a De Niro y Pacino), no tuvieron lo que se pueda llamar una gran congruencia política.

La vida de Strasberg es discutible y la de Kazan es lamentable (un traidor que vendió a sus amigos durante el macartismo). Ambos supieron siempre acomodarse muy bien junto al poder, con todo y su retórica exacerbada e intensa que es la delicia de Woody Allen, cuando de ellos se burla.

Las posiciones políticas de la Revolución de Octubre, vivas en Meyerhold, y el estudio compasivo del alma humana ansiado por Stanislavski nos llegaron con Seki Sano y acaban de morir con el último de sus representantes: Ignacio Retes.

Ese Retes fue mi...

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