Pandemia no detiene magia de las tortugas

TECOLUTLA, Ver., octubre 9 (EL UNIVERSAL).- Cada año, al salir el sol, decenas de personas, desde ancianos hasta niños con un cestito entre las manos, se acercaban a la orilla del mar, se agachaban y soltaban una a una las crías de tortugas; sin embargo, por más de cuatro meses, no hubo esta experiencia para los turistas ni ingresos para quienes se encargan de protegen a estos animales en esta localidad veracruzana.

El 20 de marzo pasado, Tecolutla cerró su acceso a la playa para evitar contagios de Covid-19. Con ello la comunidad perdió su actividad insignia: el campamento Vida Milenaria, que cuida huevos de tortuga hasta su nacimiento ?su fuente de ingresos más importante?, pues los turistas no pudieron liberar a estas especies por 138 días.

Hoy la playa ya está abierta, pero la protección de tortugas en la cuarentena debía seguir con o sin gente, de la misma manera en la que Fernando Manzano comenzó esta actividad hace 46 años. Él es activista de Tecolutla y fundador de lo que hoy es Vida Milenaria. Junto a Irma Sandoval menciona que el campamento tenía buena salud monetaria, pero cuando el Covid-19 apareció, las deudas llegaron.

En contraste Fernando explica que el escenario para las tortugas es más alentador, pues podría haber cifra récord de liberaciones. Este 2020, derivado de haber hallado 100 nuevos nidos por la falta de humanos, se podrían sumar 10 mil nuevas crías a la cifra anual de entre 70 y 80 mil.

Sin ingresos durante la pandemia, Irma, Fernando y otros ocho trabajadores redujeron su sueldo a la mitad, pues los gastos para proteger a las tortugas también...

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