Pandemia agravada

El agua que necesitan las internas en el Reclusorio Femenil de Chiconautla, Ecatepec, es bastante.

El tendedero que hay en el patio del módulo 11 ya no tiene cupo para colgar playeras, licras, blusas y pants de las mujeres recluidas.

Las paredes de más de seis metros de altura de la cárcel sirven para estirar unos lazos hasta una reja del módulo 11 femenil, para que ahí sea colocada la ropa azul claro recién lavada que deben portar.

Es mucha la demanda del líquido y éste en ocasiones llega a escasear en el penal.

Además, hay casos en que las internas comparten una misma cama con otra compañera de celda.

Autoridades del Estado de México han reportado contagios de Covid-19 y defunciones de personas en reclusión en la entidad.

"Somos muchas y sí se complica un poquito más, el poder tener esa sana distancia. A veces escasea (el agua)", explicó Norma.

Carolina, quien forma parte de un proceso intermedio por lesiones, el 26 de marzo cumplirá un año recluida en Chiconautla.

Ha constatado cómo las visitas han sido restringidas, lo que las ha llevado, en diferentes momentos de la pandemia, ha dejar de...

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