Panaderos artesanos

AutorAdriana Durán

Enclavado entre dos cerros del Bajío, el pueblo de Acámbaro, Guanajuato celebra el día del panadero con un concurso de pan cada 11 de julio.

El Instituto Estatal de la Cultura del Ayuntamiento de Acámbaro y la Casa de la Cultura convocaron al 14 Concurso de Artesanía del Pan con tres categorías: conchas, pan blanco y figura creativa.

"Hace 54 años se inició la presentación de estos panes, pero hace 14 años que se convirtió en concurso, donde participan 40 panaderías y gente del pueblo", explica Heriberto Silva Espino, panadero local y organizador del concurso.

La fiesta empieza con una peregrinación desde las afueras del pueblo con los panaderos, donde se ofrece a la Virgen del Refugio, patrona del pueblo, la producción de pan.

La gente del pueblo participa con música de viento y banda, y se divierten bailando con las mojigangas, unas muñecas gigantes hechas de cartón.

En esta verbena, las panaderías de la peregrinación agasajan al pueblo regalándoles pan.

Los habitantes se abalanzan para cachar un pan al vuelo.

Ya en el centro de la plaza, se realiza la competencia. Panes en forma de muñecas, tortugas, cocodrilos, mariposas, pescados, moisés y algunos muertos con sarape son figuras que los acambarenses moldean.

En esta edición se contó con la presencia de invitados especiales como Eduardo Chávez Silva, director de la Academia de San Carlos y Alfia Leiva, maestra en artes visuales de la misma institución, y a diferentes autoridades como representantes de la Secretaria de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado.

"La tradición panadera en la región empieza cuando en 1536 los nativos fueron a recibir al pueblo de Tarandacuao a 20 kilómetros de Acámbaro, al padre visitador. Le ofrecieron, frutas, pollos y pan, este último comienza a difundirse y con la llegada del azúcar y se empiezan a elaborar otras variedades de pan", narra Pedro Rojas, en el libro Acámbaro Colonial, editado por la Universidad del Estado.

Hay un pan local, tradicional y artesanal, que es el pan de aguamiel. Éste se hacía para la celebración de Semana Santa y para las fiestas del maguey en el pueblo de San Pedro Bocaneo. Tiene la figura de maguey con sus pencas y su quiote al centro.

"Es un pan que carece de levadura, pues con el aguamiel basta para darle volumen.

Mientras tanto, el pan tradicional de Acámbaro es grande con rayas que forman surcos y pasas", comenta el organizador.

Se elabora con 12 kilos de harina, 4 kilos de grasa, 44 yemas, agua o leche, y con 12 horas...

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