'El PAN está de regreso'

AutorErnesto Núñez

Foto: Edgar medel

El jueves, Miguel Ángel Osorio Chong telefoneó al dirigente del PAN, Ricardo Anaya. Habían pasado unas 20 horas desde la agresión de manifestantes de los 400 Pueblos a panistas afuera del congreso veracruzano, y el secretario de Gobernación quería manifestarle su preocupación e interés en que no crezca más el conflicto desatado por el gobernador saliente Javier Duarte.

Anaya le pidió pasar de los dichos a los hechos, e intervenir para frenar los "paquetes de impunidad" promovidos por los priistas Javier Duarte en Veracruz, César Duarte en Chihuahua y Roberto Borge en Quintana Roo.

La foto de Anaya y el gobernador electo Miguel Ángel Yunes, a lado de un militante panista sangrando de la cabeza, le dio la vuelta al país.

Al calor de esos hechos, Anaya reflexiona: "No es violencia política en general, no es el clima en el país, lo que sucedió en Veracruz es que el gobernador saliente parece haber perdido la cabeza. Pero, cuando uno ve Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo... sí concluye que es urgente que el gobierno federal llame al orden a estos gobernadores, que hacen cosas completamente contrarias a lo que la gente quiere y ordenó en las urnas el 5 de junio".

Ese mismo jueves, la mayoría priista en el Congreso de Veracruz se aprestaba a aprobar el nombramiento de un fiscal anticorrupción afín a Javier Duarte. Pero una señal llegó al Congreso y la proposición se sacó de la agenda antes de ser votada en el pleno.

Aun así, Anaya arremete contra un PRI que, asegura, no entendió que el electorado exigió fin a la corrupción.

"Las elecciones son lecciones, y los ciudadanos enviaron un mensaje el 5 de junio. Y en el PRI está bastante claro que no entendieron", asegura Anaya, "para nosotros, el reto es sí entender el mensaje de que la gente quiere rendición de cuentas. No habrá venganza, pero sí justicia, que se revise con puntualidad las administraciones salientes y que quienes cometieron delitos se vayan a la cárcel".

El momento de Anaya

Mientras los dirigentes del PRI y del PRD renunciaron a sus cargos después del 5 de junio, Anaya se afianza a la silla con un triunfo electoral inédito para el PAN: siete entidades que llevarán a su partido a gobernar a más del 60 por ciento de la población y serán la mejor plataforma que haya tenido Acción Nacional antes de unas elecciones presidenciales.

"Lo primero es dimensionar el triunfo", ataja Anaya, "el PAN nunca había ganado más de tres gubernaturas en una sola jornada. Nunca llegamos a ocupar 11 gubernaturas de manera simultánea, ni con Vicente Fox. Si comparamos los votos del PAN de 2015 a 2016, el crecimiento es del 50 por ciento".

Anaya luce feliz. Es el primer presidente nacional panista, en una década, que disfruta las mieles de la victoria. Germán Martínez (2007-2009) tuvo que renunciar tras la catástrofe de las elecciones de medio término en el sexenio de Felipe Calderón. César Nava (2009-2010) dejó un partido en decadencia, en medio de escándalos políticos y personales. Con Gustavo Madero al frente, el PAN perdió la Presidencia de la República en 2012 y las elecciones intermedias de 2015.

"La gente nos está viendo como el partido que está haciendo un esfuerzo serio por renovarse, como alternativa de cambio responsable. Los ciudadanos volvieron a ver en el PAN esta opción", presume el panista en la misma oficina en la que sus antecesores lamentaron sus fracasos.

Hace menos de un año, Madero entregó a Anaya un partido derrotado, dividido y desprestigiado por escándalos de...

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