PAN: ¿perredización o reconstrucción?
| Autor | Ernesto Núñez |
En una cosa coinciden el senador Javier Corral y el ex líder panista Germán Martínez: el partido en el que ambos han militado desde hace 30 años padece una crisis profunda: el pragmatismo derrotó a los principios, el peso de las clientelas sustituyó el debate interno, se gobernó sin apego a la doctrina y al programa, y hoy no es distinguible su oferta política. Esa crisis, que sacó al PAN del poder, propició la reforma de estatutos que promovió Gustavo Madero y que debía ser aprobada en la XVII Asamblea Nacional Extraordinaria.
En esa Asamblea, Javier Corral puso a discusión una propuesta no incluida en el anteproyecto de reforma estatutaria: que sean los casi 400 mil militantes del PAN, y no únicamente sus 400 consejeros nacionales, quienes elijan al próximo dirigente del partido. La propuesta fue aprobada casi por aclamación.
Defensor de la democracia indirecta en el PAN, Martínez sostiene que eso "perrediza" al PAN. Llama a Madero a anular la XVII Asamblea y propone que el PAN discuta qué bandera ondear frente a la sociedad y se decante como "una derecha liberal, democrática y seria".
Corral defiende su reforma y asegura que no intentar una elección abierta, eliminando vicios que en otros tiempos han prostituido los procesos internos, es renunciar de antemano a la reconstrucción moral del PAN. Y añade: "no creo que la de Gómez Morin fuera una derecha liberal".
¿La elección de los dirigentes del partido debe ser directa o indirecta, y por qué?
Germán Martínez: Empiezo recordando una recomendación de Octavio Paz de octubre de 1994: "el PAN debe cuidarse de las luchas personalistas". Yo temo, y es un temor fundado, que esta democracia directa personalice la lucha, que se mitifique a una persona por encima de la institución; eso contraviene el origen de Acción Nacional que es, precisamente, la lucha de Gómez Morin por institucionalizar la vida pública contra el personalismo y la emoción de Vasconcelos. Personalizar una lucha, hacer a un súper presidente en una democracia directa, yo temo que vaya a hipotecar nuestra vida institucional, que sin duda tiene problemas, que sin duda se ha prostituido.
No es la reforma estatutaria lo que necesita el PAN; se necesita dibujar un nuevo destino cultural con el cual el PAN convoque a los ciudadanos. La reforma estatutaria es un asunto íntimo, con eso no vamos a convocar ciudadanos. Vamos a convocar con nuevas banderas, con nuevas actitudes y en eso tiene razón Corral: hay que buscar una nueva época del partido.
Javier Corral: Empiezo por aceptar que la histórica lucha del PAN es frente al caudillismo, y precisamente para evitar, en medio de una neurosis posrevolucionaria, el caudillaje, que todavía es peor. Pero la gran bandera del PAN ha sido atajar esos caudillismos con democracia. El PAN no tiene problemas con el ejercicio de la democracia, los tiene cuando esa democracia se prostituye y esa prostitución termina siendo impune.
La decisión de la pasada Asamblea hace un reconocimiento de que el sistema de elección de los dirigentes del partido está finiquitado. Ya estos órganos donde se eligen dirigentes no representan realmente al partido, ni a los militantes. Hubo en esa Asamblea una expresión sí emotiva, pero también muy entusiasta; sí abrumadora, pero también jubilosa. Porque el actual modelo no da caudillos, pero tampoco ha dado líderes, y hay una gran ausencia de liderazgo en el PAN, sobre todo de liderazgo moral y liderazgo ético.
Esta gran finalidad institucional de la que habla Germán está quebrantada por la dinámica de grupos que han dominado las elecciones en los consejos mediante la democracia indirecta. Se quebró la lealtad al partido y se trasladó a la del grupo.
Martínez: Me parece muy bien que sea el método democrático como derribemos a los caudillos priistas revolucionarios que tanto daño le hicieron al país. Pero la democracia es una herramienta, no es un fin...
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