PAN: La crisis de los 75

AutorErnesto Núñez

El PAN afronta su tercera edad en plena crisis. Después de haber ejercido el gobierno federal durante dos sexenios, cayó al tercer lugar en las elecciones presidenciales de 2012 y hoy, de regreso en la oposición, se muestra como un partido convulsionado por el choque entre grupos internos, desprestigiado por escándalos de corrupción y desdibujado en su oferta política.

Tres diagnósticos internos, hechos tras las derrotas en las elecciones de 2003, 2009 y 2012, dejan ver un deterioro paulatino de Acción Nacional.

2003: PRIMERA ADVERTENCIA

En 2003, cuando el PAN perdió las elecciones federales intermedias, se creó una Comisión de Reforma de Estatutos que elaboró un crudo diagnóstico que describía un partido sin estructura, sin líderes sociales, sin discurso atractivo, sin funcionarios leales a sus principios; un partido burocratizado y organizado hacia adentro.

"El partido no funciona como enlace ni interlocutor válido ni eficaz con el gobierno, porque nunca nos enteramos de las necesidades reales y sentidas de los ciudadanos. Cuando llegan panistas al poder, se montan en viejas estructuras y, consecuentemente, la percepción ciudadana sobre el gobierno no cambia", se señalaba en aquel documento.

Desde entonces, se advertía que el PAN vivía una lucha interna por los cargos directivos, con el único fin de operar afiliaciones masivas de militantes para influir en la selección de candidatos y la obtención de espacios de poder.

"Muchos dirigentes están más preocupados por sus posibles candidaturas, que por el trabajo del partido", concluyó aquel grupo de trabajo.

A partir de 2004, el PAN puso en marcha una profunda reforma de sus documentos básicos, hizo un vistoso proceso interno para seleccionar a su candidato presidencial en 2005, y logró desplegar una campaña exitosa para emparejar a Andrés Manuel López Obrador en 2006.

Además del cuestionado triunfo de Felipe Calderón en los comicios presidenciales, el blanquiazul pudo reposicionarse como primera minoría en el Senado y la Cámara de Diputados, y mantener las gubernaturas de Jalisco, Morelos y Guanajuato.

Manuel Espino, entonces dirigente panista, pudo presumir el mejor resultado electoral en la historia de Acción Nacional.

2009: LA ALERTA NO ESCUCHADA

Pero los problemas de fondo, diagnosticados por la cúpula panista en 2003, no se resolvieron. Calderón y Espino llevaron al borde de la ruptura sus añejas diferencias y el entonces Presidente operó para hacerse del control del partido hasta en...

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