El Valedor/ Palabras rameras

Una más, mis valedores, y con esta se vino a completar la docena. Allá, en la República Dominicana y con cargo a los dineros públicos, se ha celebrado la edición No. 12 de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que en 1990 fraguó el entonces presidente de México, Carlos Salinas. Imagínese. Una más, donde se ha desfogado la irrefrenable compulsión de los efímeros (en tantos sentidos) presidentes iberoamericanos por la retórica barata (que tan cara nos cuesta a los paisas), vale decir: la verborrea, la grandilocuencia tan altisonante como vacía de sentido. Aquí, el botoncillo de muestra de lo que ventosean tales gárrulos:

Es muy importante aprovechar el viento de consensos para transformar la agenda internacional para el desarrollo y darle un contenido de inclusión y transferencia de recursos y de replaneamiento de los paradigmas internacionales...

Diarreicos, verborreicos, encandilados con los vocablos altisonantes esas retumbantes palabras que sus labios escupen ya relujadas ataviadas con tru-tru de galas retóricas, lentejuela y chaquira; palabras que a fuerza de cirugía plástica han perdido su sentido original, maquilladas palabras, decrépitas bajo su atuendo rococó recargado y barroco, y churrigueresco. Fuegos fatuos y paja, y no más. El sonido y la furia, que dijo aquél.

¡Hemos reunido a Iberoamérica, a su más alto nivel en un hecho histórico de gran trascendencia histórica que diseña nuestra proyección de futuro...!

¡Y sus hechos, Menem y Cía.?

Hay que darle visión a los pueblos y realmente es una de las funciones básicas de los profetas del antiguo testamento, pero creo que también es responsabilidad de nosotros, los gobernantes..!

¿Por cuánto a sus diarias acciones, presidente de Guatemala..?

"¡El rico patrimonio que compartimos es sustento de nuestra fraternidad y nos permite entender y ser parte de las más diversas manifestaciones del espíritu humano..!"

¿De veras, señor Salinas? ¿de veritas? ¿No serían las suyas palabras rameras, de peluca y afeites, de dijes y de relumbrón..?

En esta Cumbre mis valedores se percibió un vacío muy difícil de llenar con "estadistas" de la alzada de los que acudieron a la Dominicana. Faltó un Fidel Castro que una vez más y de viva voz relatara a la América mestiza como la nombra Martí, la fábula del tiburón y las sardinitas. Porque echemos cuentas de lo que diez años y dentro del Nuevo Orden Mundial haya podido avanzar el subcontinente, va aquí, en sus vertientes principales...

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