Palabra y fe / ¿Puedes reinventarte? ¿Cómo lo sabes?

PBRO. JORGE RODRÍGUEZ MOYA

"Los apóstoles dijeron al Señor: 'Auméntanos la fe'. El Señor les contestó: 'Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decir a ese árbol frondoso: Arráncate de raíz y plántate en el mar, y los obedecería'". Lc 17, 5-7

Cuando el Señor nos invita a entrar en diálogo con él pensamos que es como cualquier otro ser humano, que basta que sólo empecemos a platicar, empezando por un saludo informal: "¡Hola!, ¿cómo te va?" y luego empezar a hablar de lo que sea y poco a poco caer en la conversación que desea, ¡pero no! Dios no piensa como los seres humanos, ni se le aborda como se hace con cualquier otro.

La lógica es obra del pensamiento filosófico desde la antigüedad, pero ¿cómo podría un árbol frondoso (de años) arrancarse de raíz? No parece ser lógico, pero lo que sí parece irracional es plantarse en el mar... estaríamos hablando de un suicidio para el árbol.

A la mayoría nos parece ilógico que después de tantos años de pensar, de reaccionar, de actuar de tal o cual modo, pudiésemos cambiar. Nos parecería inconsecuente que después de una vida de altibajos entráramos en un tiempo de estabilidad, de fortalecimiento interior. Imaginamos que esto sólo se puede conseguir con ayuda profesional y de muchas terapias psicológicas. ¡Pero no! Dios no piensa como nosotros, no reacciona como nosotros -gracias a Dios- ni actúa como nosotros. Él es nuestro Guía, nuestro Maestro, nuestro Padre, Él nos dice que lo que queramos y lo que pidamos lo hagamos con convicción, es más como si ya lo hubiésemos obtenido...

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