Palabra y fe / 'Preparen el camino del Señor'

Pbro. Peter Coates

Con la Navidad a la vuelta de la esquina nos encontramos en plena actividad febril preparando todo: la posada, los juguetes, los adornos, la cena, los regalos, las vacaciones.

Todo ello es parte de la rutina navideña. Pero ¿para qué?, ¿qué sentido tiene todo ello?, ¿qué queda al final?, ¿sirve para algo?

Podemos desvivirnos por tantas cosas y olvidarnos de lo más importante. Podemos gastar en tantas superficialidades y perder de vista que lo más valioso no cuesta tanto dinero.

Leí que en un colegio pusieron a un grupo de niñas la tarea: "Di por qué te gustan las Navidades".

Y una niña de 10 años ha respondido así: "No me gustan las vacaciones de Navidad. Prefiero seguir en el colegio. Aquí, por lo menos, me río. Y en casa, como mis papás siempre se están peleando, lloro mucho.

"Mi mamá me dice: 'Tienes que estudiar mucho para que el día de mañana seas médico, o abogado, o algo importante, lo que nosotros no hemos podido llegar a ser'. Y yo le digo: 'Mira, mamá, yo no quiero ser médico, ni abogado ni nada. Yo lo único que quiero es vivir en una casa donde todos se quieran'".

En muchas casas se estarán comprando ya los juguetes, gastando a veces incluso más de lo que se tiene.

"Por mis niños hago yo lo que sea", dice el papá, muy generoso. Y la mamá se volcará en todos los caprichos imaginables para "el rey de la casa".

Pero, ¿y si este rey quisiera algo muy distinto de juguetes? ¿Y si allá en el fondo de su pequeño corazón lo único que realmente esperase fuera un poco de paz, un rincón caliente en el que pudiera ser feliz?

Por eso cuando Juan Bautista, recordando al profeta Isaías...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR