Palabra y fe / Preparando nuestra boda

Pbro. José Antonio Muguerza

Cada vez es más difícil que una pareja de novios se involucre en la preparación de su matrimonio, puesto que los dos trabajan y no tienen tiempo para andarse preocupando por los mil detalles que implica la celebración de una fiesta tan importante. Y creo que es aquí donde el oportunismo mercantil hace que nazca el oficio de "wedding planner", especialmente en algunos estratos de nuestra sociedad. ¡Y qué triste que esto tenga que suceder!

Hoy la palabra de Dios nos presenta, en el Evangelio de San Juan, la boda más famosa de toda la historia, pues aunque no conocemos los nombres de los novios, sabemos que estuvieron presentes la Virgen María, Jesús y sus discípulos, y que fue ahí, en Caná, donde Jesús realizó su primer milagro, teniendo como intercesora de la pareja precisamente a María, su Madre.

Muchas veces este Evangelio se usa en las misas de boda, pero yo me pregunto si, con todos los pendientes, ajetreos y carreras de la preparación de la ceremonia, los novios (o en su debido caso: el/la "wedding planner") ¿se acordaron de invitar a Jesús a la fiesta?

Qué triste verdaderamente que todo el tiempo, esfuerzo y dinero se lo lleve el aspecto material de la celebración. En cambio, el aspecto espiritual, trascendente, verdadero, sacramental del matrimonio se queda muy por encima o pasa totalmente desapercibido.

Los novios católicos por lo general buscan las pláticas más ligeras, las de menor tiempo, las que sean para salir del paso y obtener el comprobante como una "exigencia" más de tantos requisitos que pone la Iglesia. Me pregunto si están preparando nada más su boda o quieren prepararse, a...

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