Palabra y fe / El cuerpo místico de Jesucristo

Pbro. Juan José Hinojosa Vela

Dos actitudes a que nos invita la lectura de Nehemías son el arrepentimiento manifestado por la asamblea compuesta por hombres, mujeres y niños con uso de razón, y la alegría que trae esa conversión a Dios.

Hubo en la antigüedad un pensador y filósofo, Platón, que decía a propósito del cuerpo humano que todos los miembros forman una unidad maravillosa, y repetía que cuando tenemos un dedo herido no decimos "mi dedo está sufriendo", sino "yo sufro por el dolor", porque es "yo", la personalidad, lo que le da unidad al cuerpo. Ese "yo", esa persona que une todo el cuerpo de la Iglesia compuesta por todos los bautizados, se llama el Cuerpo Místico de Jesucristo, por eso hoy el Apóstol nos dice: "Ustedes son el Cuerpo de Cristo". Como la obra del Señor debe continuar, y Él ya no está visiblemente entre nosotros, necesita de personas que hagan sus veces.

Unos tienen que ser "manos de Cristo" que curen heridas y den comida a los hambrientos; otros deben ser "labios de Jesús, voz de Jesús", que lleven la palabra a quienes la necesitan. Unos han de ser "pies de Jesús", que busquen ovejas perdidas, y otros "corazón de Jesús", que manifiesten compasión con los infortunados...

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