Paisajes de tradición

AutorCecilia Núñez

Enviada

MORELIA, Michoacán.- El camino desde el Centro Histórico de Morelia hasta Pátzcuaro conduce a un mundo de sabores, colores y texturas. Y es que, al pasar y detenerse en sitios como Quiroga y Tzintzuntzan, el viajero puede descubrir el encanto de este Estado y probar deliciosos platillos, como las corundas, las carnitas michoacanas o la sopa tarasca.

1 Morelia: su historia

Antes de comenzar el recorrido por los alrededores de la Ciudad, hay que cumplir con el ritual de caminar por la plaza central, en la que la protagonista es la Catedral de Morelia, de estilo barroco y cantera rosa, para luego internarse por las calles aledañas, como la calzada San Diego, donde se exhiben piezas de arte al aire libre. Después, hay que dejarse envolver por las casonas, conventos, templos y edificios construidos también en cantera rosa.

El Convento de San Francisco, que alberga la Casa de las Artesanías, es una parada obligada y un regreso al siglo 16, época en la que el edificio fue construido.

No se puede abandonar el área sin saborear un gazpacho (trozos de mango, piña, jícama y coco con jugo de limón y naranja, chile piquín y un toque de queso panela rayado) mientras se da un paseo por la calzada Fray Antonio de San Miguel, una calle peatonal por donde se encuentran imponentes iglesias, como la de Nuestra Señora de Guadalupe, cuyo interior es una celebración de color gracias a los frescos que la decoran.

Toma nota: no te pierdas Morelia de noche. La iluminación de su catedral se puede disfrutar diariamente, pero los sábados, a las 20:45 horas, las luces danzan al ritmo de la música en un espectáculo de luz y sonido.

Por ello, las calles aledañas a la plaza principal son cerradas al flujo vehicular y se convierten en concurridos callejones peatonales. Escucha las leyendas nocturnas que ahí abundan.

2 Quiroga: pasión artística

Luego de visitar el Centro de Morelia hay que tomar la carretera libre que va hacia Guadalajara. Tras recorrer 42 kilómetros, se llega a Quiroga.

Aunque este pueblo no tiene el atractivo colonial de otros rincones de Michoacán, guarda sabores y tesoros artesanales que exigen estacionar el auto y caer ante la seducción que brindan los aromas provenientes de los puestos callejeros de comida.

Un taco de carnitas michoacanas, un plato de uchepos (tamales de maíz) o de pozole son pretextos suficientes para visitar Quiroga, aunque el verdadero objetivo es comprar artesanías de todo el Estado, como alfarería, trabajos en madera o...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR